Por Rosario Zanetta Marzo 13, 2014

© Patricio Otniel

Durante los últimos años de Guillermo en la presidencia de Quiñenco, el grupo pasó de participar en cuatro áreas de negocio a siete. Shell, Terpel, CSAV y la agencia naviera SAAM son parte de las firmas que ingresaron al portfolio de los Luksic, que ya suma activos por US$ 59.000 millones.

Andrónico ha comenzado a delegar decisiones en ejecutivos que eran de confianza de Guillermo, como Francisco Pérez Mackenna y Felipe Joannon. Pablo Granifo, eterno colaborador de Andrónico en el Banco de Chile, también ha sumado  responsabilidades.

El próximo 27 de marzo en las oficinas de Quiñenco se vivirá un momento íntimo. En el piso 16 de la torre que ocupa el holding controlado por la familia Luksic se realizará una privada ceremonia para recordar a quien fuera su máximo ejecutivo por casi tres décadas. Hace doce meses Guillermo Luksic Craig murió a causa de un cáncer pulmonar, y en las oficinas de la compañía, en plena avenida Apoquindo, aún sienten la partida de quien fuera su rostro visible.

Ese día, cuando se recuerde al ex presidente del directorio, Guillermo no será el único ausente. Su hermano mayor, Andrónico, quien se ha hecho cargo de la mayoría de las empresas familiares -entre ellas CCU, Compañía Sud Americana de Vapores, Banco de Chile y Viña San Pedro- tampoco estará en Chile. Una apretada agenda empresarial lo tiene viajando por Europa y recién el 29 de marzo aterrizará en Santiago.

Una vez en la ciudad, Andrónico ya ha informado a sus más estrechos colaboradores que realizará una serie de cambios al interior de Quiñenco. Uno de ellos será la incorporación a la empresa de la periodista Carolina García de la Huerta, quien hasta ahora se mantenía como asesora externa del empresario. A partir de abril se desempeñará como gerente de Asuntos Corporativos, tarea que se sumará a su puesto como presidenta del Canal 13, estación televisiva en manos del mayor de los Luksic.

Y aunque ése sería el primer movimiento, Andrónico pidió que no se resolviera nada hasta que él llegase de su periplo. Fiel al estilo que lo ha marcado en su carrera empresarial, y que se ha acentuado tras la muerte de su hermano, el actual presidente de Quiñenco quiere tomar las decisiones y pedir que se ejecuten cuanto antes.

Al interior de Quiñenco reconocen que Andrónico ha ocupado el vacío que dejó Guillermo, aunque con un estilo diferente. Esta opinión también la comparten ejecutivos de otras empresas donde la familia lleva las riendas. En cada una de las sociedades donde su hermano estaba a cargo, Andrónico ha pedido informes de la operación diaria y, además, ha solicitado visitas a las plantas productivas.

Madeco, hoy parte de la francesa Nexans donde los Luksic son socios, fue uno de esos casos. El empresario pidió visitar cada una de las plantas que Nexans tiene en el mundo, para así comprender el negocio de los cables de cobre, que llevaba más en detalle su hermano. Lo mismo hizo durante 2013 con la CCU, compañía en la cual decidió dar un golpe de timón: adelantó el retiro de 12 ejecutivos, quienes ya se acercaban a los 60 años, con el fin de preparar a otra generación para enfrentar un nuevo y más complejo escenario en el mercado cervecero.

El “estilo Andrónico”, ése de tomar decisiones rápidas y de avanzar a paso firme para conseguir el primer lugar en la industria, ya ha permeado en todas las empresas del grupo, sello diferente al ritmo más analítico que caracterizó a su hermano.

Ha sido esa constante presencia en las distintas compañías lo que ha ocupado la agenda diaria del empresario, al punto de tener que reducir algunos de sus viajes internacionales. Sus cercanos comentan que ese ritmo ha hecho que se hagan comunes las reuniones-desayuno a las 7 de la mañana. Es el único espacio disponible en la agenda de Luksic y es él quien propone juntarse a esa hora.

Para evitar la sobrecarga de trabajo o cumplir con los compromisos internacionales, ligados a círculos empresariales o en el directorio de alguna universidad estadounidense o de Europa, el mayor del clan ha comenzado a delegar decisiones en ejecutivos que eran de confianza de Guillermo, como Francisco Pérez Mackenna y Felipe Joannon. Pablo Granifo, eterno colaborador de Andrónico en el Banco de Chile, también ha sumado nuevas responsabilidades, para complementar la tarea adicional que Andrónico se echó al hombro.

LA HOLGURA DE ANDRÓNICO

Hace una semana, la revista Forbes publicó la lista de las personas más acaudaladas del mundo. Doce chilenos figuraban en el ranking y los Luksic volvían a encabezar el capítulo nacional, con un patrimonio estimado en torno a los US$ 15.500 millones.

Si bien la revista norteamericana situó al clan de origen croata en el tope nacional, evidenció un hecho que Andrónico advirtió meses antes: las fortunas chilenas, al igual que la mayoría de los billonarios de países emergentes, cayeron. Para el caso de los Luksic significó ver disminuida su riqueza en US$ 1.900 millones. Pese al descenso, la nueva riqueza estimada por Forbes no fue una sorpresa entre los cercanos a Andrónico.

Luego de un viaje a China, donde el empresario participa como vicepresidente del Consejo Internacional de Empresarios Asesores del alcalde de Shanghái, entidad en la cual comparte sillón con otros dueños de bancos y compañías multinacionales, llegó a Chile con un mandato claro para todas las empresas: buscar capital lo antes posible.

Según comentó en algunos directorios, entre los empresarios mundiales con quienes conversó en Asia hay consenso de que 2014 y 2015 serán años donde los flujos de dinero serán más lentos hacia los mercados emergentes. Por eso pidió que se hiciera una revisión de la situación de las empresas controladas por la familia, con especial énfasis en aquellas compañías que fueron recientemente adquiridas.

Durante los últimos años de Guillermo en la presidencia de Quiñenco, holding que incluye todos los negocios de la familia a excepción de los mineros a cargo de Jean Paul Luksic, el grupo pasó de participar en cuatro áreas de negocio a siete. Shell, Terpel, CSAV y la agencia naviera SAAM son parte de las firmas que ingresaron al portfolio de los Luksic, que ya suma activos por US$ 59.000 millones.

Tras la muerte de Guillermo, y ya en la presidencia de Quiñenco, Andrónico decidió parar la expansión y concentrarse en ordenar cada una de las nuevas adquisiciones. Era el momento de consolidarse y crear posiciones sólidas. “En este último año el holding se movió a un estado más conservador. En 2011 y 2012 se hicieron muchas inversiones, muchos nuevos proyectos, y eso nos trajo mucho endeudamiento. Andrónico ha hecho que nos concentremos en lo que tenemos y fortalezcamos nuestra posición”, relata un ejecutivo ligado a la familia Luksic.

Luego de fijar el norte, las compañías del grupo comenzaron a comunicar sucesivos aumentos de capital, aprovechando que el dinero seguía fluyendo hacia el mercado chileno a costos convenientes.

Quiñenco, buque insignia de la familia, anunció un aumento de capital por US$ 700 millones, de los cuales US$ 570 millones fueron aportados por el clan croata. El Banco de Chile también hizo lo suyo por US$ 530 millones, seguido por la Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV) que completó uno por US$ 330 millones en septiembre y ya propuso otro por US$ 200 millones, en medio del intento de fusión con la naviera alemana Hapag Lloyd para formar el cuarto grupo marítimo a nivel global. Luego vendría el turno de la CCU, que en noviembre pasado levantó US$ 695 millones de capital fresco para financiar sus futuros planes de expansión internacional.

A todos estos movimientos se sumó recientemente la búsqueda de US$ 200 millones para Madeco y la venta del 7,4% de la propiedad en el Banco de Chile en US$ 820 millones. Las acciones de la entidad han sido consideradas un tesoro para la familia, quienes ahora tienen el 51% de la firma, tras ejecutar la venta cuyo principal objetivo fue que los papeles ganaran liquidez.

Según altos ejecutivos del grupo, Andrónico quiso preparar a todas las compañías para un escenario menos favorable. “Tener holguras necesarias para enfrentar los crecimientos y no quedarse atrás”, explica un director en una de sus compañías.


De izquierda a derecha: Andrónico Luksic, presidente de Quiñenco; Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco; Pablo Granifo, presidente del Banco de Chile.

DESAFÍOS PENDIENTES

Si hay una de las empresas que enfrentará desafíos relevantes, ésa es CCU. En los próximos dos años la industria cervecera local vivirá cambios decisivos, y por eso en Quiñenco optaron por tomar precauciones. La jubilación anticipada de 12 de los principales gerentes responde a eso, aseguran desde el grupo. De ahí que Andrónico optara por empezar a preparar desde ya a los nuevos ejecutivos que deberán timonear la empresa en tiempos agitados.

La preocupación de los Luksic tiene un motivo. En los próximos dos años vencen en Chile las licencias de dos marcas estratégicas: Corona y Budweiser. La primera, que actualmente es comercializada en el país por Distribuidora Errázuriz (DESA), podría pasar a la filial chilena de Anheuser-Busch InBev (ABInBev), el grupo belga que ya ha adquirido la marca mexicana en el mundo. En el país el gigante europeo está presente como Cervecerías Chile y es el mayor competidor de los Luksic.

Por otra parte, Budweiser, cuya licencia actualmente está en manos de la CCU, también podría ser parte del imperio de ABInBev en el 2016.

No sólo las decisiones comerciales en la CCU están en la hoja de ruta. Tras la muerte de Guillermo se hicieron ajustes organizacionales, como la camada de gerentes jóvenes en la CCU y en la Compañía Pisquera de Chile, cambios que se espera que decanten con el correr de los meses. En este punto, algunos socios de Luksic, como productores de vino o pisco, esperan una pronta normalización, ya que estaban acostumbrados a una relación de años con otros gerentes. 

Pero si los próximos 24 meses serán clave para la cervecera local, los siguientes días lo serán para la CSAV. El viernes 21 la compañía buscará ratificar, en una junta extraordinaria de accionistas, la unión del negocio entre Vapores y Hapag Lloyd. Junto a ello deberán aprobar el aumento de capital por US$ 200 millones. Con los nuevos recursos, la empresa naviera espera completar el financiamiento para nueve naves, ya en construcción.


LUKSIC Y COMPAÑÍA

Tras la muerte de Guillermo, las miradas se volcaron en Nicolás Luksic Puga, el mayor de sus hijos. Para muchos, el primogénito llenaría el espacio de su padre, transformándose en el sucesor natural en los negocios de la familia.

Pero si bien Nicolás Luksic ha ocupado directorios como Enex (filial de combustibles), Banchile AGF, la minera Michilla, y en el propio Quiñenco, en las compañías reconocen que su presencia se ha limitado sólo a los directorios. Según un cercano a la familia, Luksic Puga está aprendiendo de las empresas a través de esa instancia, relegando para el mediano o largo plazo un papel más protagónico, tal como lo tenía su padre.

Donde sí ha ganado notoriedad es en las sociedades que eran de exclusiva propiedad de Guillermo Luksic, como la agrícola Río Negro y la Viña Tabalí, ambas en las cercanías de Ovalle. De hecho, apenas murió su padre tomó contacto con la viña y les hizo saber su disposición a ponerse a trabajar cuanto antes. Desde ese entonces es común verlo en las inmediaciones del Valle del Encanto, ubicado a 20 kilómetros al poniente de Ovalle. Ahí están las más de tres mil hectáreas que Guillermo Luksic destinó a la producción de vinos y de aceites de oliva. De hecho, hace una semana estuvo en el lugar, alojando en la casa patronal al interior de uno de los campos, siendo ésta una de las primeras actividades empresariales del año, luego de pasar sus vacaciones en el campo familiar en Chan Chan, cerca de Panguipulli.

En Ovalle, una de sus preocupaciones recurrentes es la sequía que afecta al lugar. Ha sido en ese tema donde más atención ha puesto, junto con el plan de inversiones que su padre dejó para la rama agrícola, que incluirá en el mediano plazo la construcción de almazaras para producir, en Tabalí, el aceite de oliva familiar y no a través de terceros.

Y si Nicolás está en los negocios familiares, han sido los ejecutivos que trabajaron con su padre los que han llevado el peso de las decisiones en el holding Luksic. Francisco Pérez-Mackenna asumió como director o gerente general en todas las compañías del grupo, a excepción de la Viña San Pedro-Tarapacá. Pablo Granifo hizo lo propio en tres y Felipe Joannon en Madeco.

Además de ellos, otros ejecutivos también han resultado clave en el apoyo a la gestión de Andrónico. Uno de ellos es Peter Morse, quien se ha transformado en una especie de jefe de gabinete, manejando la agenda internacional del empresario. Rodrigo Swett, por su parte, maneja el family office de Andrónico, mientras éste se hace cargo de las empresas de la familia.

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