Por Emilio Maldonado Agosto 6, 2014

© Agencia Uno

“Obviamente que tenemos preocupación, pero a diferencia de la reforma tributaria, la modificación al sistema de pensiones ya estaba en nuestros cálculos. Para nosotros no fue sorpresa”.

A pesar de haber aterrizado en Santiago apenas unas horas antes, el argentino Óscar Schmidt decidió, la mañana del miércoles, llegar muy temprano a la torre ubicada en la esquina de Pedro de Valdivia con Nueva Providencia. En unas horas más, un chofer lo pasaría a buscar para ir a Rengo, así que decidió ir al piso 16 del edificio, en cuya parte superior destaca el logo del banco BBVA.

En el interior del inmueble, y en compañía de Víctor Hassi y Ricardo Rodríguez, presidente y gerente general de la AFP Provida, respectivamente, repasaron lo que harían durante la mañana. La apertura de nuevas sucursales, entre ellas la de Rengo, fue uno de los compromisos adquiridos cuando en septiembre pasado MetLife, compañía de la cual Schmidt es su vicepresidente y CEO para América Latina, compró Provida en US$ 2.000 millones al banco hispano.

Desde que ingresaron a la propiedad de la administradora de fondos, MetLife ha sumado 24 nuevos lugares de atención. Pero ése no será el único cambio visible: tal como se conversó ese miércoles, el edificio BBVA de Providencia volverá a llamarse Torre Provida a contar de los próximos meses, tal como fuera inaugurado en 1994.

Pero la visita de Schmidt a un año de haber ingresado a Provida no responde sólo a la apertura de la sucursal de Rengo. El argentino monitorea constantemente lo que ocurre en Chile, país que tras la millonaria compra se transformó en el cuarto mercado más importante para MetLife, al sumar un portfolio cercano a los US$ 46.000 millones.

Y precisamente estos primeros doce meses en el país, al mando de la mayor AFP del sistema (37% de los afiliados), no han sido fáciles para los accionistas. Si bien la integración entre ambas culturas ha transcurrido sin contratiempos, como reconocen en la firma, ha sido el escenario externo el que ha preocupado a Schmidt. La discusión de la reforma previsional, los cambios al sistema laboral y, en mayor medida la reforma tributaria, han tenido en alerta a los ejecutivos de MetLife. Según Schmidt, los cambios propuestos por el gobierno iban en contra del camino de incentivo a la inversión en Chile, y atentan contra el desarrollo futuro del país.

-¿Cómo ha sido el primer año en Provida?
-Si analizamos la operación, hemos visto que todo lo que analizamos antes de comprarla se ha dado de buena manera. Ya sea la calidad del equipo administrativo que se quedó, como el plan de apertura de sucursales. Queríamos ampliar la red a lugares que no son obvios, como Rengo o Chile Chico.

Como accionistas decidimos que la estrategia para Provida sería que se transforme en el defensor de las jubilaciones obligatorias en el sistema chileno, porque son los recursos con los cuales el 99% de la población se va a jubilar. El pilar obligatorio, las contribuciones de los trabajadores, es la esencia del sistema.

-¿Qué más han observado en estos meses?

-También hemos estado atentos a todas las iniciativas de reformas, como la tributaria o al sistema de pensiones, que ya está andando. Como accionistas uno se pregunta cómo nos cayó todo esto. La verdad es que nada bien. Imagine que uno decide hacer una inversión de este tamaño, basado en 25 años de orden, disciplina, crecimiento y consistencia de las políticas en Chile, y de pronto aparecen algunas ideas de reformas que, en nuestra opinión, van de frente contra los pilares que hicieron de Chile un caso de éxito.

-¿Se refiere a la reforma tributaria o a los cambios al sistema previsional?
-A la reforma tributaria. Ya no sólo se está amenazando al negocio de pensiones o de seguros. Ya estamos hablando en general. Cuando las compañías deciden hacer este tipo de inversiones, es porque están haciendo un análisis de la historia, pero también porque hacen fe de que se mantendrán los pilares institucionales. Y esos pilares son muy claves, porque son las reglas del juego que se establecieron, y en estos últimos meses nos preocupó bastante porque hubo una especie de ola de expectativas, que echaban por tierra la sostenibilidad de esos principios. Afortunadamente, las cosas se ha estado acomodando y centrando, y eso nos tiene un poco más tranquilos. Pero ha sido una conmoción que nos ha tenido a todos alerta, y no sólo a nosotros, sino también a todos los inversionistas internacionales y, supongo, que también a los locales.

-¿En qué afectaba el proyecto del gobierno a las aspiraciones de MetLife en Chile?
-Cuando tú inviertes, haces tus modelos considerando cómo financias las transacciones, analizas la estructura de costos fiscales y todo entra en tu flujo de caja proyectado. Estás asumiendo, además, que las reglas del juego, razonablemente, se van a mantener. Cuando de repente te encuentras con una fractura y te das cuenta que las tasas de impuestos se van a las nubes, o que algunas cosas se piensan hacer retroactivas sobre decisiones que uno ya tomó, y que las cosas comienzan a salirse del carril, tu modelo, con el cual tomaste la decisión, pierde totalmente sustentabilidad.

-Y el protocolo de acuerdo entre oposición y gobierno, ¿los deja tranquilos?

-No estoy en los detalles de lo que va a salir, porque todo está sujeto a debates legislativos, pero cuando digo que estamos un poco más tranquilos es porque vemos que hay un diálogo y se está buscando un equilibrio. Entendemos perfectamente los aspectos fiscales y sociales de la reforma, pero todo tiene que tener un cierre. Chile tiene que ser capaz de seguir atrayendo inversiones, porque ése ha sido el pilar de su éxito.

-¿Le preocupa que se hagan transformaciones profundas al modelo previsional?

-Obviamente que tenemos cierta preocupación, pero a diferencia de la reforma tributaria, la modificación al sistema de pensiones ya estaba en nuestros cálculos. Para nosotros no fue sorpresa, porque el sistema requiere revisión, en especial por la tasa de aportes y las edades de jubilación. El sistema tuvo una reforma extraordinaria en 2008, pero creemos que hay suficiente evidencia para hacerle más ajustes, para seguir mejorándolo.


El vicepresidente de MetLife, Óscar Schmidt, junto al gerente general de Provida, Ricardo Rodríguez, y Víctor Hassi, presidente de la AFP.

"NO ENTIENDO EL FIN DE UNA AFP ESTATAL"
De acuerdo a la participación de Provida en la llamada Comisión Bravo, instancia presidencial liderada por el economista David Bravo para buscar mejoras al actual sistema previsional, la AFP ha propuesto incentivar la postergación en la edad de jubilación, en vez de obligar a los trabajadores a pensionarse pasados los 65 años. Junto con ello, también ha sugerido aumentar la tasa de cotización, pero con cargo al empleador, y la cotización en períodos de desempleo, entre algunas propuestas.

-Una de las críticas al sistema ha sido que las comisiones son muy caras. ¿Provida tiene pensado bajarlas?
-Me sorprende enormemente cuando en Chile se habla del tema de las comisiones y se dice que son muy altas. Si te pones a mirar la industria de los administradores de activos, a nivel mundial cobran 200 y 250 puntos base, un 2% a 2,5% al año por manejar fondos, y en Chile la tasa es similar e incluso mayor. Las AFP hacen lo mismo, pero por apenas 60 puntos base como promedio de industria (0,6%), y no sólo administramos fondos. También damos servicios que ninguna de estas firmas de capital da: tenemos sucursales, gestionamos pensiones, y apenas cobramos 60 puntos base. Si alguien cree que estamos cobrando mucho es porque está viendo la película equivocada.

-La AFP Planvital llevó su comisión hasta el 0,47% para ganar la licitación de nuevos afiliados. ¿Les sorprendió ese número?
-¿Y es sostenible eso? ¿Estás dando el servicio realmente? Dentro de dos años, ¿qué vamos a estar diciendo de ese caso? ¿Qué pasó? ¿Cómo les fue? Provida la compramos porque tiene una historia de dar buen servicio por muchísimos años, y eso es lo que cuenta. Nosotros hacemos nuestras cuentas y sabemos lo que cuesta, y yo me pregunto: ¿es sostenible dar buen servicio por ese precio? Mi respuesta, no como Provida, sino como accionista que acaba de comprar una AFP y miró los números, es que no.

-Como accionista, llevar la comisión de Provida a 0,47%, como lo hizo Planvital, ¿no es posible?
-No, no lo es, porque tendríamos que cerrar las sucursales. Ahí ya ni siquiera se habla de dar o no un buen servicio, sino de que ni siquiera se podría dar un servicio. Los números no resisten, entonces en dos años podemos juntarnos y hablar de lo que pasó.

-Se ha hablado de crear una AFP estatal para inyectar mayor competencia y bajar las comisiones. ¿Es una buena propuesta?
-La verdad es que no sé qué problema resuelve la existencia de un agente del Estado. Si uno toma a un grupo de expertos en diseño previsional y les dice cuál es el rol del Estado, nos dirán que no apunta a resolver ni arreglar nada. Entonces no sé por qué se da esta conversación, pero yo creo que no es un tema de seguridad social, sino una conversación de que el Estado quiere tener un rol, el cual no apunta a resolver los problemas de falta de densidad de los aportes, ni soluciona las falencias de pensiones futuras. ¿Qué arreglamos haciendo que el Estado pierda mucho dinero? Porque si el Estado quiere tener una AFP muy barata, que da todos los servicios que la gente se merece, que además tiene cobertura geográfica en todo el país, yo te aseguro que si quiere hacer eso, va a perder mucho dinero, porque los números no cierran. Yo creo que una AFP estatal muy barata, que no dé ningún servicio, tampoco tiene un sentido. No entiendo el fin.

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