Por María Luisa Iriarte Agosto 14, 2014

Se apagan las luces, las cámaras, el artista vuelve a su país, el show se termina. Lejos de esa realidad y ahora en un escenario menos glamoroso, la industria del espectáculo chileno libra otra batalla, más privada que los ha hecho vivir con incertidumbre y desconcierto los últimos años. Con al menos 8 juicios vigentes de por medio, se enfrentan a lo que serían, según ellos, cambios de interpretación por parte del Servicio de Impuestos Internos (SII), los que de ser permanentes amenazan con modificar radicalmente el mapa del sector: la diversidad de los espectáculos, y el valor de los boletos, que podrían aumentar en un 35%.

Todo comenzó en 2012. A partir de esa fecha las productoras acusan un cambio de criterio en la interpretación sobre la forma de aplicar el impuesto adicional que afecta los pagos de servicios por actuaciones de artistas extranjeros en Chile. Según las productoras, estos criterios se habrían actualizado por vía de la fiscalización. Las notificaciones alertaron a esta industria, que reunida bajo el alero de Agepec, Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (que reúne a 8 productoras como Bizarro, T4F, Multimúsica, DG Medios, Fénix, etc.), comenzó de inmediato a idear un plan de acción.

La remuneración de los artistas extranjeros tiene un gravamen del 20% como impuesto adicional y así se había cobrado históricamente. Sin embargo, bajo “el nuevo criterio”, el SII ahora realiza la distinción y aplica en muchos casos la tasa del 35%, dependiendo de si el contrato entre la productora y el artista se realiza a través de una empresa (persona jurídica) o directamente con él (persona natural). “Es absurdo, porque el que se para en el escenario es el artista y no la empresa”, explica el abogado de Agepec, Rubén Bustillos, quien es socio del Estudio de Juan Agustín Figueroa.

Otro punto en discordia es la inclusión en la base imponible de la carga, hospedaje y alimentación de los artistas en circunstancias -dicen en Agepec- que se trata de gastos y no de remuneración, que es lo que está gravado. Y, finalmente, el hecho de que el porcentaje del monto de la remuneración que las productoras deben cancelar anticipadamente como garantía de reserva de un show, debe tributar en ese mismo momento.

Bajo este nuevo panorama, en la industria explican que los miembros de Agepec han sido notificados de liquidaciones de impuestos en estas materias por fiscalizadores distintos con criterios múltiples, contradictorios muchos de ellos, y “siempre con una doctrina que no está clara”. 

La respuesta de las productoras no ha sido homogénea: mientras algunas han optado por pagar, obedeciendo el mandato de su matriz internacional, que no desea tener que reportar contingencias con los fiscalizadores en sus estados financieros, otras se han negado y hoy se enfrentan en los Tribunales Tributarios y Aduaneros, donde existen juicios del SII contra algunas productoras por cerca de US$ 2,5 millones por impuestos, intereses, reajustes y multas.

“Se ha reenviado a la judicatura tributaria la solución del problema en circunstancias que esto debiese ser un problema que se arregle entre los actores”, dice Bustillos.

Algunos casos incluso han llegado a la Corte de Apelaciones, y existen fallos adversos a los contribuyentes, otros donde se ha llegado a acuerdo con el servicio, y otros disímiles y contradictorios contra el fiscalizador.

“La norma está siendo interpretada por el SII de una manera que, en opinión del gremio y de nuestros expertos tributarios, no es la adecuada”, explica el gerente general de Agepec, Jorge Ramírez, quien añade que hasta el momento esta contingencia no se ha traspasado al costo del ticket, ya que tienen la convicción que este nuevo panorama no tendrá asidero en los tribunales correspondientes.   

En esa misma línea, Alfredo Alonso, presidente de la productora Bizarro, que realiza cerca de 40 shows al año (entre los que se cuenta a artistas como Marc Anthony, Ana Gabriel, Alejandro Fernández, etc.), vislumbra que de ser persistente esta situación se realizarán menos conciertos, o los que se hagan van a tener un precio más elevado. “Algunos dejaríamos de hacer muchos espectáculos, porque no van a ser rentables y los márgenes serían mucho más apretados”, cuenta.

En Chile existen alrededor de 60 productoras. Se trata de una industria que según, estimaciones, obtiene una facturación global de entre US$ 100 a US$ 125 millones anuales y que atrae a cerca de 1,8 millones de espectadores al año.  Un artista puede cobrar desde US$ 30 mil a US$ 1 millón o más dependiendo quién sea. Y, en cuanto a costos de producción, pueden superar los US$ 400 mil si se trata de un gran evento.

EL FALLIDO PLAN DE ACCIÓN
La primera jugada fue el 14 de diciembre de 2012, cuando la Agepec dirigió una consulta formal a la Dirección Regional Santiago Oriente del SII. Hasta la fecha no tiene respuesta.

Los meses pasaron y la incertidumbre se acrecentó. Ante la falta de noticias del fiscalizador, casi un año después en noviembre de 2013, representantes del gremio y funcionarios de la subdirección de Fiscalización y de la subdirección de Normativa del SII se reunieron en una mesa técnica de trabajo donde pretendían esclarecer la situación. Según relatan asistentes, se trató de una reunión extremadamente tensa. El resultado: en menos de una hora abandonaron el edificio de Teatinos 120 con las manos vacías, pero con la promesa que en una semana tendrían el oficio de respuesta a la consulta realizada en 2012, algo que nunca sucedió.  Desde la subdirección de Fiscalización del SII aclaran que los dos funcionarios que integraron aquella mesa técnica emigraron al mundo privado. “No fuimos a pedir beneficios, fuimos a pedir certeza para saber a qué atenernos, porque si el criterio es uno y suben los costos, bueno entonces tenemos un costo determinado, pero si por cada caso tenemos un juicio no logramos aclarar las reglas del juego”, explica Bustillos.

Lo que siguió fue un correo electrónico formal a una de las jefaturas del SII, que tampoco tuvo respuesta. 

Con la llegada de la nueva administración y el cambio respectivo de autoridades, la Agepec envió una carta al ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, quien les contestó que no estaba bajo su ámbito de responsabilidad. Finalmente, tocaron la puerta del Ministerio de Hacienda, cartera de la cual depende el SII, sin embargo, aún no son recibidos, aunque esperan lograrlo durante este mes.

 “Todo esto se traduce en incerteza y un alto grado de conflictividad, porque sabes que vas a traer a un artista y te vas a ganar un juicio, entonces es absurdo”, recalca Bustillos. “No podemos continuar con una incertidumbre sobre qué tipo de tributos quiere tener un país respecto a la cultura y entretención. Si es así, olvídate de Sting, Madonna o Lady Gaga, y vamos a tener que retroceder 20 años y volver a viajar a Buenos Aires para ir a ver los shows, porque aquí no van a parar, los tickets se podrían elevar 35% su valor”, explica Ramírez.

Enrique Inda, productor ejecutivo de Inda Goycoolea & Asociados, empresa que principalmente realiza espectáculos nacionales, pero que en 2013 trajo a Paco de Lucía, explica que probablemente la asistencia a los espectáculos bajará si suben los valores, “entonces, desde el punto de vista de recaudación del SII es un poco contradictorio, porque en la medida que menos entradas vendamos, menos impuestos vamos a pagar en términos de montos finales”.

SII AD PORTAS DE PRONUNCIARSE
En el SII están tranquilos con su actuar, aunque dicen que la estrategia de judicialización fue una orientación de trabajo durante la gestión anterior y que no es lo común. Desde la subdirección de Fiscalización explican que no se trata de un cambio de criterio, sino que desde 2006 se aclara el tratamiento tributario de un sector que comenzó a ser fiscalizado de una manera más sistemática y que antes estaba lejos de su radar.

En aquella época llamó la atención el pago de una remuneración del artista más la suma por concepto de gastos, y comenzaron a analizar, abriéndose un abanico de distintos regímenes de tributación. Así, explican que la tasa con que se grave la remuneración del artista dependerá de los elementos contractuales de la operación: si es el artista el que firma el contrato de prestación de servicio utilizando una sociedad o empresa, y esa empresa es la que firma con la productora la transferencia de rentas ocurre entre la productora y esa persona jurídica: “Es difícil que cambiemos nosotros eso”, dicen, y agregan que la tasa del impuesto siempre ha sido 35% en el caso de servicios prestados por personas jurídicas extranjeras. También influirá cómo se ha pactado la renta, por un monto bruto o líquido, y si hay o no convenio para evitar la doble tributación.

Frente a la inclusión en la base imponible de la carga, hospedaje y alimentación de los artistas, desde la entidad sostienen que se consideran renta porque es una suma global que se entrega al artista, muchas veces sin respaldo, logrando un incremento de patrimonio por esta suma.  De todas formas, sostienen que los reembolsos de los gastos no se gravan con el impuesto adicional, pero ahí tiene que haber un mandato y los gastos tienen que estar respaldados. “Si ellos pudieran rendir todos estos gastos y contractualmente hubiese un mandato para efectuar estos gastos y reembolsarlos, no estarían gravados con el impuesto adicional”, precisan.

Finalmente, sobre el pago anticipado de las reservas de los artistas, sostienen que desde que existe el sistema tributario los anticipos de clientes son tributables.

Sin embargo, la palabra final y formal se dará a conocer en las próximas semanas, en la esperada respuesta a la carta que envió Agepec en diciembre de 2012. Por estos días en el SII se trabaja en el borrador final del oficio respuesta, que traerá después de años certeza al sector y redefinirá las nuevas reglas para el show, las que según trascendió ratificaría el renovado tratamiento tributario.

Relacionados