Por María Luisa Iriarte Marzo 4, 2015

© Marcelo Segura

“El extranjero no está leyendo los diarios todos los días y tampoco tiene memoria histórica. Los chilenos sí y sabemos que cada 40 años Chile tiene crisis, se desajustan sus instituciones, la constitución que tenía empieza a no funcionar bien, o las elites se marean y no saben resolver la crisis”.

 

Ha sido testigo de cómo en estos meses ha ido cambiando el ánimo de los inversionistas locales y extranjeros y de cómo ha ido evolucionando el comportamiento de los mercados. Y hay varias cosas que le preocupan: la falta de liderazgos que hace que el país “esté un poquito sin rumbo”, una eventual reforma cosntitucional y la aparición en la prensa especializada internacional de una serie de artículos que cuestionan el futuro del país.

En el plano internacional, el director de inversiones de LarrainVial Asset Management, José Manuel Silva, advierte sobre el fin del período de “súper liquidez” de la economía mundial y del fuerte endeudamiento del sector privado. También sentencia que la pérdida de atractivo de los mercados emergentes perdurará.

-¿Cómo está viendo a Chile?
-Chile hoy día está generando más puntos de interrogación que en el pasado. Claramente aquí ha habido un cuestionamiento al modelo económico. Chile era un país donde la economía de mercado jugaba un rol preponderante, y a pesar de los éxitos de ese modelo hay un grupo de la Nueva Mayoría, los autoflagelantes, que dice que tenemos un problema de distribución del ingreso. Y ahí es donde obviamente al mercado, los actores, empresarios, tomadores de decisiones económicas se les prenden luces amarillas.

-¿Desde cuándo está viendo esas luces amarillas?

-Primero la bolsa local, anticipándose, empezó a caer antes de que ganara Bachelet. Para los inversionistas extranjeros esto ha sido posterior, porque probablemente creyeron que iba a ser un gobierno más de la Concertación. Pero cuando empiezan a haber cambios más de verdad y, entre otras cosas, se empieza a cuestionar el tema constitucional la cosa cambia. Entonces los extranjeros se preguntan: ¿No será que estos cambios están siendo impulsados por un tema más ideológico que técnico? Y se preocupa, porque obviamente convengamos que los procesos redistributivos en la región en general no han tenido buenos resultados y el Estado latinoamericano ha demostrado ser muy ineficiente para muchas cosas. Digamos las cosas como son: los escándalos recientes son temas tributarios, y es el Estado el que no supo fiscalizar. Entonces, si yo le quiero aumentar el poder al Estado, primero debo demostrar que me la puedo. Y eso está generando dudas que se reflejan en artículos en la prensa especializada internacional que se pregunta si Chile seguirá siendo la estrella que fue. Hoy día lo que sobra en el mundo es plata, y faltan proyectos buenos y Chile podría haber sido uno.

-¿Hoy el ánimo de los inversionistas es muy negativo respecto a Chile?

-Los locales están más negativos, probablemente porque están más al tanto. El extranjero no está leyendo los diarios todos los días y tampoco tiene memoria histórica. Los chilenos sí y sabemos que cada 40 años Chile tiene crisis, se desajustan sus instituciones, la constitución que tenía empieza a no funcionar bien, o las elites se marean y no saben resolver la crisis y terminamos a los combos. El atractivo no lo hemos perdido 100%, pero yo creo que estamos con riesgo de perderlo si seguimos con las discusiones más basadas en la redistribución que en el crecimiento.

-¿Seguimos en luces amarillas o están más naranjas?

-Yo te diría que naranjo.

-¿Cómo ve esta evolución en lo que queda de gobierno?

-Uno no ve cambios al respecto y sin duda que eso es preocupante, porque da la sensación de que Chile va a tener que sufrir varios golpes más para corregir el rumbo, y el problema es que lo que preocupa a los extranjeros es que en la región esos golpes duran muchos años. Venezuela viene hundiéndose hace 15 años, Argentina hace 40 y no ha habido una vuelta atrás.

-¿Ve factible la alianza público-privada que ha tratado de incentivar la autoridda económica en un contexto en que los privados no están del todo satisfechos con las medidas del gobierno?

-Creo que son estrategias comunicacionales nada más.

-¿No ve el ánimo para que el sector privado tome en serio esta alianza?

-No veo los liderazgos ni en el mundo empresarial ni en el mundo político como para llevar a cabo esta alianza. Chile está enfrentando una crisis de liderazgo fuerte por ambos lados.

-Estas luces que ya están en naranjo, ¿cómo han cambiado con los escándalos que hemos visto en el último tiempo como La Polar, Cascadas, Penta, Dávalos?

-Eso agrava la sensación del empresario, porque el inversionista promedio ve que hay una crisis de liderazgo que se va agravando por estos escándalos y en parte la crisis de liderazgo afecta enormemente a la oposición. Otro gallo cantaría si tuvieras una oposición bien plantada con un partido único que represente al menos al 40% del país con capacidad de negociar. Pero hoy día la oposición está knock out y eso también es un riesgo político para el país, porque la Nueva Mayoría está tomada por un grupo de gente que está descontenta con el modelo económico que ellos mismos ayudaron a construir y porque los empresarios están cuestionados, entonces el país está un poquito sin rumbo.

-¿Los extranjeros son capaces de dimensionar estos escándalos? Hace unos días una agencia internacional comparó el caso Dávalos con los asesinatos en México y el fiscal Nisman…

-No, no. Eso es mucho. Primero los chilenos no podemos convertirnos en auto flagelantes y entrar en un loop que todo es malo, porque Chile claramente es la sociedad más exitosa de la región en los últimos 30 años y eso no lo discute nadie. Los extranjeros sí se dan cuenta de que el riesgo político aquí es mucho menor que la gran mayoría de los países de la región. Pero lo que sí es sorprendente es que en los últimos 6 meses han empezado a aparecer estos artículos cuestionando la situación de Chile y a mostrar cierta preocupación y eso es una tendencia negativa.

-El Imacec de diciembre, mejor al esperado, provocó que se comenzara a hablar de brotes verdes, ¿lo ve así?

-El verdadero brote verde es que tengamos un boom de inversión que es lo que hace crecer a los países, la productividad y el bienestar y eso lo veo lejos, porque para eso tu requieres que se reenciendan lo que Keynes denominaba los “espíritus animales” del sector privado que se han ido apagando. Por ejemplo, no es un buen indicador del país que los chilenos vendan sus empresas a los extranjeros.

-¿Esa gente está sacando la plata para afuera?

-Probablemente. Lo que uno tiende a sospechar que una parte importante de esos recursos se fueron afuera.

-¿Tocó fondo la economía? 

-Es probable, y seguramente no vaya a seguir cayendo mucho más, salvo que el cobre se pegue otra caída estrepitosa. Da la sensación de que la economía pudiera crecer en torno al 1,8%, 2%, 2,5%. Ahí va a depender mucho de si el gobierno quiera dar algunas señales de que va a morigerar su ímpetu.

-En una entrevista usted dijo que con la reforma tributaria se estaba sembrando la semilla de la crisis financiera de los próximos 20 o 25 años en Chile. ¿Sigue pensando eso?
-Sí, porque la gracia del sistema del FUT es que incentivó que las empresas estuvieran muy capitalizadas y yo creo que eso salvó a Chile de no tener crisis bancarias, ni financieras en los últimos 20 años. Con la nueva reforma tributaria parte de ese incentivo va desapareciendo. Hoy las empresas en el país van a empezar a tener más deuda y eso va a hacer que sean más riesgosas y por lo tanto que los bancos sean más riesgosos. Ahora estos son procesos largos, no es que Chile vaya a tener una crisis pasado mañana.

-¿Qué otra preocupación comentan los inversionistas?

-Para mí el ruido más grande es el tema constitucional, la asamblea constituyente. Eso tendría un impacto inmediato y a largo plazo, porque obviamente si se creara una asamblea constituyente se cae en el riesgo de crear una constitución que deje contento a todo el mundo y termina siendo un engendro. El tema constitucional puede ser un gran riesgo para Chile. Ahí serían luces rojas, porque aumenta la posibilidad de que nos agarremos a combos de nuevo los chilenos. Además para hacer un cambio constitucional de verdad, creo que requieres líderes muy sabios y eruditos y eso hoy no se ve. Los extranjeros también lo ven así y saben cómo termina la historia: se van cercenando el derecho de propiedad y la libre empresa.


 
EL FIN DE LA "SÚPER LIQUIDEZ"
-2010 fue el último año bueno de la bolsa chilena con altos retornos. ¿A qué se debe este fenómeno?

-Probablemente la bolsa chilena en los años 2009 y 2010 se anticipó a períodos de buen desempeño económico. Se benefició del rebote que hubo en el precio de las materias primas, pero a partir del 2011 y 2012 empiezan a haber varias cosas: se hace patente la crisis en Europa, y China empieza de a poco a reconocer que tienen que reequilibrar su tipo de crecimiento lo que ha tenido consecuencias sobre las materias primas afectando a los emergentes. También a partir de 2012 viene la gran desilusión de Brasil y ni hablar de los últimos meses con el escándalo de Petrobrás, eso es un desastre. Creo que eso va a llevar a que los inversionistas internacionales analicen con lupa todas las empresas del Estado productoras de commodities, como Codelco.

-¿Esta pérdida de atractivo de los emergentes será permanente?

-Le queda todavía un poco, porque el ajuste en China aún no ha terminado y porque también hay problemas idiosincráticos. Además hay otros temas complejos: muchos de estos países dejaron de hacer reformas y ha habido un aumento del endeudamiento muy fuerte sobre todo en los sectores privados, entonces empieza a surgir la duda de si esa deuda no va a tener problemas en ser pagada. Pero hay algunos que se han visto favorecidos como México e India que han hecho o anunciado reformas macroeconómicas pro competitividad y no redistributivas. Entonces la tesis que se nos quiere vender en Chile de que las reformas redistributivas a la larga son buenas, por lo menos, el mercado, en el corto plazo, no se las compra.

-Bajo este contexto, ¿qué atractivo le ve a Chile y la región?

-Si vas a entrar a Latinoamérica tiene que ser a carteras muy selectivas. En el caso de Chile en el último año nos hemos enfocado mucho hacia el sector exportador, porque veíamos que venía una devaluación de peso y también al sector energético que tienen muchas veces los precios parcialmente indexados al dólar. 

-Ahora por el lado de los desarrollados el índice MSCI World está en máximos. ¿Cómo se explica esto?

-EE.UU. ha tenido un alza de la bolsa que ha sido notable. Los bancos centrales han provisto liquidez y cuando tienes tasas de interés en cero, eso probablemente te está generando una serie de distorsiones a nivel global, porque esto ha provocado que los inversionistas anden desesperados buscando retornos y probablemente una parte del retorno en todos los mercados sea un poco falso. Se han creado burbujas de nuevo en valorizaciones, porque cuando la tasa es cero yo puedo invertir con más liberalidad y una de las dudas que viene en los próximos meses es que da la sensación que el período de súper liquidez de la economía mundial se está terminando de a poco. Así, la prueba de los siguientes 6 a 9 meses es qué va a pasar cuando se empiece a retirar la liquidez de EE.UU. Mientras en Europa el punto de interrogación va más bien porque han emergido una serie de movimientos políticos bien radicales fruto de la crisis.

-¿Por a dónde van las apuestas para este año?

-Hemos retirado algo de fichas desde EE.UU., porque nos da la sensación de que la bolsa ya no está tan barata y hemos puesto algunas de éstas en Europa y en Asia emergente: India y algo en China.

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