Por David Muñoz y Javier Rodríguez Septiembre 14, 2015

Londres había sido el escenario ideal para que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, tendiera puentes con el empresariado, un gremio que, desde el anuncio de las reformas impulsadas por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, en particular de la laboral, se ha mostrado sido crítico y escéptico.

En el marco del Chile Day, Valdés, que se desarrolló entre el lunes y el martes pasado, junto al ministro de Energía Máximo Pacheco, enviaron señales de moderación e invitaron a los empresarios a trabajar en conjunto para que Chile retomara la senda del crecimiento.

Pero al bajarse del avión, las cosas cambiaron. El documento con indicaciones que ingresó hoy el Ejecutivo al Senado desató las críticas de la Confederación de la producción y el comercio (CPC) y de la Asociación de Emprendedores, rompiendo así con la corta tregua instaurada la semana pasada en Inglaterra.

El documento que desató la polémica

Primero fue Juan Pablo Swett, en representación de la Asociación de Emprendedores, quien demostró, en entrevista con Radio Duna, su molestia.

"Aquí claramente el diálogo con el gobierno se acabó. La fase dos apuntará a ver en qué forma podemos hacer ver nuestra posición a los senadores, de que aquí no se debe votar ideológicamente, sino que pensando en las regiones por las cuales fueron elegidos", afirmó.

Luego la  CPC salió a criticar las indicaciones a través de una declaración emanada de una junta extraordinaria sostenida por los presidentes de las seis ramas que la integran para analizar el tema.

"Las indicaciones podrían significar un retroceso respecto al proyecto despachado en primer trámite constitucional, agravando aún más sus efectos negativos", se podía leer.  Y agregaba: "Reiteramos que la reforma laboral en discusión, que atenta contra las empresas y sus trabajadores, no aborda los principales desafíos del mercado laboral chileno, que son lograr más y mejores oportunidades de empleo, alzas en las remuneraciones y mejoras en productividad. Para alcanzar estos objetivos, los empresarios hemos estado siempre dispuestos a colaborar en mejorar y adaptar las condiciones para que más personas, principalmente mujeres, jóvenes y adultos mayores, puedan incorporarse al mundo del trabajo, con todo el círculo virtuoso que ello trae en igualdad de oportunidades, crecimiento y bienestar".

 

División en la DC

En el partido presidido por Jorge Pizarro, el proyecto ha generado roces. Los más duros, incluso, acusan una derrota de los ministros Valdés y Nicolás Eyzaguirre frente a la titular del Trabajo, Ximena Rincón.

Pasado el mediodía, los siete senadores de la Democracia Cristiana se reunieron en el comedor de la presidencia del ex Congreso a analizar las indicaciones a la reforma. Ahí, pudieron darse cuenta de que se habían formado dos bandos: por un lado Ignacio Walker, Andrés Zaldívar y Patricio Walker, quienes no están de acuerdo con las modificaciones, particularmente con que no se permita el reemplazo interno en huelga y, por el otro; el de Carolina Goic y Pedro Araya, quienes apoyan la postura del gobierno. Manuel Matta, por su parte, no tenía clara su posición y Jorge Pizarro, como presidente del partido, intentaba mediar.

Según quienes conocieron lo que se debatió al interior de la reunión, entre los parlamentarios existiría molestia por los mensajes contradictorios del gobierno respecto a la reforma. Mientras Valdés se habría abierto a la opción de analizar el reemplazo en huelga, Rincón fue mucho más dura.

“Tenemos que ser  responsables con el país y  entender que junto con fortalecer la organización sindical y negociación colectiva, tenemos que velar por la creación  de empleos y por el ingreso al mercado laboral de miles de personas, especialmente jóvenes y mujeres. Esta reforma es necesaria y cuenta con nuestro apoyo decidido pero hay que entender que, en democracia, una vez que se introduce una reforma laboral, es irreversible. No hay marcha atrás. No podemos equivocarnos", dijo Ignacio Walker. Y aclaró los cinco puntos que, según él, deben ser mejorados:

1-Que la negociación colectiva de los trabajadores eventuales o transitorios sea voluntaria o de común acuerdo entre las partes, en obras o faenas que duren menos de un año.

2-Permitir que iniciada la huelga, los trabajadores voten personal y secretamente una nueva oferta del empleador, en búsqueda de acuerdos en la negociación colectiva.

3-El reconocimiento al trabajador que no esté involucrado en la huelga, a desempeñar su trabajo en forma pacífica, sin que nadie pueda impedirle el ejercicio de este derecho.

4- El reconocimiento del derecho y la libertad del trabajador a reintegrase a su trabajo, en caso de huelga, mediante la desafiliación al sindicato; y

5- La posibilidad de una nueva distribución de la jornada semanal de trabajo, a través de los pactos de adaptabilidad.

Por su parte, la senadora y miembro de la Comisión de Trabajo, Carolina Goic se hizo cargo de las críticas a las indicaciones ingresadas y, en entrevista con T13 Radio, apoyó el proyecto.

"Hemos hecho un proyecto que es equilibrado, pero que en esencia busca fortalecer la capacidad de negociación colectiva de los trabajadores. Lamentablemente hay sectores empresariales que no están dispuestos a aquello e independiente a eso, no van a encontrar nunca el proyecto adecuado. Sinceremos el fondo, hay un sector al que le gustaría que esta reforma nunca hubiera existido", dijo.

Finalmente, para los críticos a la reforma quedó la sensación de que el gran derrotado fue el ministro de Hacienda y que la misma presidenta Bachelet fue quien habría zanjado el tema y dando la razón a Rincón, dejando en una incómoda posición al ex presidente ejecutivo de Banco Estado.

Esta mañana, en el comité político, Valdés habría pedido a los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría que, de no estar de acuerdo con el proyecto, aprovecharan que éste se discutirá recién a principios de octubre -post semana distrital- para presentar sus propias indicaciones.

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