“¿Mi videojuego favorito? ¡Es el Don Bradman Cricket!, exclama sonriendo Satya Nadella, mientras se cierran las puertas del ascensor que lo va a llevar junto a Oliver Flögel, CEO de Microsoft Chile, y otros ejecutivos a las oficinas de la compañía tech para dirigirse a sus empleados. Su elección es lógica. Como buen indio (nació en Hyderabad hace 48 años), el líder de una de las empresas de tecnología más importantes y trascendentales de la historia, la misma que hizo que los computadores fuesen una parte más del mobiliario doméstico, y la misma que aún tiene el sistema operativo más usado en el mundo, es fanático del cricket, deporte que jugó profusamente cuando niño. Aunque Nadella, ingeniero eléctrico e informático de profesión, agrega que su otra gran pasión es la poesía.
"Creo que hoy el software es el recurso más valioso en el mundo tecnológico, de la mano de lo que está logrando con el poder de la nube. Eso es lo que verdaderamente nos está dando libertad".
Avecindado desde hace más de dos décadas en Estados Unidos, el ejecutivo representa un caso de estudio interesante, tanto como la compañía que lidera. Cuando llegó a hacerse cargo, en 2014, se convirtió en el primer extranjero en ocupar el máximo puesto en una empresa aún marcada por el sello de su mítico fundador, Bill Gates, quien la transformó en un referente tecnológico y de innovación. Y si bien la posterior pasada de Steve Ballmer, entre el 2000 y el 2014, no fue tan rupturista como la del fundador de Microsoft, su legado es ampliamente reconocido.
Así, Nadella tuvo que asumir su rol de chief executive officer en un momento muy distinto a la industria tecnológica que se forjó en décadas pasadas. Microsoft es hoy otra bestia, que compite ya no sólo con Apple, sino que también con otros gigantes tecnológicos, en un escenario mucho más variado, rápido y cambiante, donde el hardware dejó de ser la fuerza innovadora. “Servicios. Servicios cuyas experiencias puedan ir con el usuario adonde él vaya, porque el dispositivo da lo mismo. Eso es lo que queremos ofrecer hoy”, señala enfático.
Nadella llegó a Microsoft en 1992, luego de pasar por Sun Microsystems. Ya instalado en Redmond, lideró la transición de la compañía hacia la nube, junto con la creación y el desarrollo de Azure, probablemente la estructura virtual más grande del mundo. También fue vicepresidente del área de investigación y desarrollo de servicios en línea y de la División de Negocios de la compañía, entre otros cargos ejecutivos, hasta que el 4 de febrero del 2014 asumió la jefatura de Microsoft. Así llegó Satya Nadella a convertirse en el tercer CEO de la compañía. Junto a Sundar Pichai, de Google, es otro ejecutivo de ascendencia india que está a cargo de una de las compañías con más presencia en nuestras vidas.
Hoy, Nadella mira un futuro más allá de los soportes físicos. “Creo que el poder del PC ha sido enorme, pero cuando veo cómo se desarrolla la internet de la cosas, lo móvil, la tecnología holográfica y la realidad virtual, junto con todas las nuevas plataformas, creo que es ahí donde hay que enfocarse hoy.”
—¿Diría entonces que estamos efectivamente en una era post-PC?
—Creo que el marco de lo que se entiende como post-PC está errado, porque hoy hay más computación personal que nunca. Piénsalo: ahora tienes la posibilidad de “computación” en tu muñeca, tu bolsillo o delante de tus ojos, con lentes. ¿Es eso más personal? Por supuesto que sí. Porque creo que hoy el concepto de considerar un dispositivo para todas las necesidades tecnológicas está equivocado. La gente que cree que los smartphones son una plataforma tecnológica se equivoca. Ese es sólo un dispositivo. Es el más usado hoy en día, claro que sí, pero eso no significa que lo vaya a ser mañana. Hoy la computación es todo lo que nos rodea, desde sensores invisibles, pasando por wearables, hasta pantallas grandes y pequeñas.
—Entonces el hardware pasa a ser solamente un “fierro”, en donde lo más importante es el software.
—Creo que hoy el software es el recurso más valioso que existe en el mundo tecnológico, de la mano de lo que se está logrando con el poder de la nube. Eso es lo que verdaderamente nos está dando libertad. Todos los años estamos viendo que los dispositivos van y vienen. Pero yo no quiero que mis memorias desaparezcan. O mis archivos o mis fotos. Y es gracias a la nube que nuestra experiencia computacional ahora es móvil.
—Es decir, para usted es la nube la pieza fundamental del avance tecnológico actual…
—Absolutamente. Es lo que nos permite disfrutar de nuestra experiencia digital al máximo. Puedes tener montones de dispositivos en tu poder, pero es desde la nube donde se orquesta todo.
—¿Cómo ve el escenario actual de la industria tecnológica, considerando la cantidad de actores actuales y la rapidez con que esta se mueve? —Pienso que la visión de Microsoft justamente tiene que ver con integrar sus productos en todas las plataformas posibles. El acceso y la disponibilidad son esenciales. Por otro lado, vemos como la imitación es la mejor forma de adulación —agrega riendo, en obvia referencia a la reciente presentación del iPad Pro por parte de Apple, gadget que guarda más de una semejanza con el Surface, el híbrido tablet/laptop de Microsoft.
Al mismo tiempo, creo que nuestro gran valor es lograr que los productos estén disponibles en cualquier plataforma. A veces se compite y a veces uno se asocia. Pero como una compañía de sistemas, lo que más me interesa es cómo podemos hacer que nuestros usuarios florezcan. No veo la competencia como el motor actual de Microsoft. Ya no se trata de los dispositivos, se trata de la experiencia.
La suma de las visiones
Satya Nadella estuvo menos de un día en Santiago, la semana pasada, y por lo mismo su agenda fue intensa. Su visita estuvo enmarcada en un pequeño tour por países latinoamericanos, que también incluyó Brasil, Colombia y México.
"Creo que el poder del PC ha sido enorme, pero cuando veo cómo se desarrolla la internet de la cosas, lo móvil, la tecnología holográfica y la realidad virtual, junto con todas las nuevas plataformas, creo que es ahí donde hay que enfocarse hoy".
Y más que estar interesado en reunirse con autoridades, Nadella prefirió ver cómo la tecnología está impactando la región y reunirse con start-ups y emprendedores locales, además de visitar la Fundación Teletón. Nadella fue a ese centro de rehabilitación y se reunió con pacientes y médicos, ya que Microsoft posee un programa de ayuda para niños discapacitados a partir de su sistema Kinect —el mismo periférico de la consola de videojuegos Xbox—, que es capaz de captar el movimiento de los usuarios y transformarlo en órdenes. Posteriormente, Nadella se trasladó hasta Icare, en el barrio El Golf, donde dio una charla a emprendedores y personalidades del mundo empresarial, donde también estuvo el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, y el vicepresidente de Corfo, Eduardo Bitran. Se despidió entre aplausos y selfies.
Para Oliver Flögel, la figura de Nadella es particularmente interesante, “ya que su visión del mundo es casi contrapuesta. Por un lado, como proviene de la India, tiene una visión muy acabada de lo que es la desigualdad social en el mundo. Pero, por otro, impulsa el crecimiento económico y es un acérrimo impulsor de los emprendimientos personales. Eso es algo muy singular en él como CEO”.
En las oficinas de Microsoft Chile, en Vitacura, Nadella visitó el Imagine Business Lab, la incubadora de la compañía para desarrollar nuevos proyectos. Ahí, departió con los equipos y vio cómo funcionaban sus ideas. Entonces comentó cuáles eran las nuevas tecnologías que lo tenían más entusiasmado, incluyendo HoloLens, el proyecto de lentes de realidad aumentada que dejó boquiabierto al público cuando fueron presentados en la pasada feria E3, en Los Ángeles.
—¿Y la realidad virtual?
—Eso es algo que también tenemos considerado. De hecho, recientemente Xbox se ha asociado con Oculus en San Francisco para que los títulos de Xbox One puedan ser disfrutados con el aparato de realidad virtual de Oculus.
—¿Cómo ve a Latinoamérica como pieza del puzle de la industria tecnológica?
—Me parece muy interesante cómo se han desarrollado las ideas en la región. La gracia de la tecnología es que democratiza a los usuarios de maneras impensadas, como las plataformas móviles, que son capaces de solucionar problemas locales y únicos, pero que también pueden ser utilizadas posteriormente en otros países. Cuando veo una start-up chilena que soluciona un problema de irrigación para después ser utilizada en Israel, ¿quién se habría imaginado que algo así podría ser posible? Eso para mí es la mejor forma de ver la naturaleza global, pero también local de la tecnología actual.