Estuvo apenas 24 horas en el país, pero les sacó provecho. A su llegada a Chile, la noche del lunes, el economista argentino y ex presidente del Banco Central de ese país, Martín Redrado (54), salió a comer con su compañero de la Universidad de Harvard, el ex ministro Felipe Larraín. El martes, expuso en el seminario “Argentina: Lecciones aprendidas y oportunidades de inversión”, organizado por Scotiabank, donde le sorprendió el interés por su país. Luego, respondió algunas preguntas de la prensa y por la noche viajó de vuelta a Buenos Aires. Durante su estadía, no se despegó de su celular, ni siquiera durante esta entrevista. Quizás sólo así logra ser un activo twitero, además de consultor y conferencista internacional.
Argentina está de moda, y Redrado ha aprovechado el momento para analizar la coyuntura económica de su país, así como también para dar luces respecto del turbulento inicio de año de los mercados internacionales.
EL DESAFÍO ARGENTINO
—¿Cómo ve a la economía argentina hoy, tras la llegada al poder de Mauricio Macri?
—Hay una expectativa muy positiva en la Argentina y en el exterior. El gran desafío ahora es conciliar que las expectativas se acerquen a la realidad. Ha habido un muy buen comienzo en materia de política internacional, donde el gobierno se ha mostrado mucho más interesado en alcanzar acuerdos con los distintos países, empezando por el propio vecindario. Por otra parte, la unificación del tipo de cambio ha sido algo positivo. De todas maneras, pienso que un programa económico hay que medirlo por su integralidad, y hasta ahora sólo se han dado algunas pinceladas del programa fiscal. Por lo tanto, todavía falta que se delinee la cancha. Si yo tuviera que decir cuál es el nuevo hito después de la unificación cambiaria, es la negociación salarial y sobre todo el impacto en la inflación. Esto debiera fijar expectativas hacia adelante. Como decía, es un buen comienzo, pero con desafíos crecientes.
—¿El principal desafío es combatir la inflación?
—Toda política económica debe tener como primer desafío el generar empleo, y de calidad. Por supuesto que para hacerlo se necesita de una economía que sea predecible y que por lo tanto tenga inflación en baja. Sin embargo, el centro a mi juicio, tiene que ser la inversión y cómo Argentina recupera una senda de la cual ha estado claramente alejada. Estoy convencido que la inflación es un tema que hay que atacar con un conjunto de políticas económicas, pero está claro que hoy Argentina reclama inversión tanto en infraestructura como en otros sectores. ¿Cuál es entonces el principal problema? Retomar un crecimiento que sea sostenible, con generación de empleo y baja inflación.
—La pregunta obvia es cómo se logra volver a atraer esas inversiones.
—Con sólidas políticas públicas y eso incluye la política monetaria, cambiaria y fiscal. Marcar un sendero más allá de un año. La inversión lo que necesita es un horizonte y el gobierno está tratando de marcar uno a cuatro años, sin mucha especificidad. Por lo tanto, con los resultados que vaya generando irá levantando la vara para poder recuperar esa confianza tan necesaria. Cuando se mira América del Sur, por las dificultades que tiene Brasil, por un Chile que crece poco, Argentina aparece como un nuevo polo. Hay mucha liquidez en el mundo, que en este contexto de incertidumbre está a los costados. En la medida en que se hagan las cosas bien, se generará interés en los inversores.
—El riesgo es defraudar.
—El riesgo es que el tránsito sea con algunos pozos de aire. Por ejemplo, que la inflación no baje de manera tan rápida, o que sea difícil que se vuelquen rápidamente las inversiones. También que la calidad de las políticas públicas no esté a la altura de las circunstancias. El avión va a llegar a destino, de eso no me cabe duda. La pregunta es cuánto tiempo le va a llevar a Mauricio Macri hacerlo cuando no tiene mayoría en el Congreso y con elecciones previstas para el año que viene.
—Otra tarea pendiente pareciera ser el fortalecimiento de la institucionalidad.
—Sí, y es otra tarea que toma tiempo. Sobre todo la independencia del Poder Judicial. Es algo que se va demostrando día a día. Uno de los grandes desafíos para adelante es mostrar una Argentina que tiene reglas permanentes y no una que está permanentemente en la discrecionalidad.
—El daño del gobierno pasado en esta materia es importante…
—Restituir la confianza es un proceso del día a día, demostrar con el ejemplo. Mauricio Macri usa a veces una frase de lo que él llama un filósofo, que en realidad es un director de fútbol, Reinaldo Merlo, que sacó campeón a Racing después de mucho tiempo. A él le preguntaban cómo sacó a Racing campeón y contestaba: “Paso a paso”. Bueno, muchas veces Mauricio ocupa esa frase. El peligro con un equipo mucho más volcado hacia lo internacional es que Argentina termine endeudándose más de la cuenta y no haga los deberes que tiene que hacer en el corto y mediano plazo.
ECONOMÍA GLOBAL: NI CRISIS NI HOLGURAS
—¿Cómo está viendo la inestabilidad internacional?
—Si tuviera que sintetizarlo, diría que estamos en un momento de altísima volatilidad, la cual va a continuar. La génesis de este nuevo proceso de inestabilidad se da —al revés de lo que ocurrió en 2007— no en el mundo desarrollado, sino que en el emergente, y particularmente en China. Existen dudas en cuanto a cómo las autoridades puedan manejar la transición desde una economía industrial basada en el ahorro a una economía de servicios basada en el consumo. En el corto plazo también hay otros temas, como la habilidad para manejar la política cambiaria y la falta de transparencia de su sistema financiero. Eso sí, no soy de los que creen que estamos ante la repetición de la crisis del 2008. La economía estadounidense está mucho más sólida. Lo mismo podemos decir de Europa. Hoy no estamos ante una crisis, ni ante una corrección de un mercado alcista. Es cierto que hay pocos brotes verdes en la economía mundial. Quizás en la India, en los Estados Unidos y en Canadá. Por lo tanto, no se ve crisis, pero tampoco holguras y volatilidad es el nombre del juego.
—¿La desaceleración china tiene para rato?
—En realidad, es el problema de la transparencia en las cifras de ese país lo que tiene para rato. Por ejemplo, el crecimiento oficial de China en 2015 fue de un 6,9%. Sin embargo, si uno mira el consumo de electricidad, está bien por debajo de ese 6,9% y, como sabemos, el consumo de electricidad se toma como una variable cercana a la tasa de crecimiento.
—Respecto de Estados Unidos ¿es más optimista?
—Estados Unidos ha mostrado una recuperación importante. Es una economía muy dinámica, fuertemente innovadora, que tiene una gran flexibilidad para adaptarse a distintos escenarios y a los cambios de la economía mundial. Creo que es importante, eso sí, que la Reserva Federal en estas circunstancias tome nota de que no hay presiones inflacionarias como para volver a subir la tasa de interés. No es el momento de normalizar las tasas.
“Restituir la confianza es un proceso del día a día. Mauricio Macri usa a veces una frase de Reinaldo Merlo, que sacó campeón a Racing después de mucho tiempo. A él le preguntaban cómo sacó a Racing campeón, y contestaba: “Paso a paso”.
—¿Es un riesgo para la estabilidad del mercado estadounidense la candidatura de Donald Trump?
—Es preocupante. Muestra que hay una división y una insatisfacción del ciudadano medio norteamericano con la política tradicional. Es impensable que llegue a ser presidente, pero representa a una minoría muy importante.
CHILE: POLÍTICAS PÚBLICAS HAN EMPEORADO
—¿Qué opinión tiene de la economía local?
—Chile ha perdido el aura que tenía, la estela de ser un ejemplo para América Latina. Sin duda tiene instituciones muy fuertes, pero la calidad de sus políticas públicas ha empeorado en los últimos años, sobre todo cuando uno analiza la reforma tributaria y la reforma educativa. El país vendía al mundo estabilidad institucional, una lucha contra la corrupción, sin embargo, no ha dado buenas señales en ese campo. Hoy, Chile está creciendo muy por debajo de su potencial, en circunstancias que siempre lo pusimos de ejemplo entre los hacedores de políticas públicas. Hoy ya no.
—¿Quién es el ejemplo hoy?
—Es difícil, pero sin duda Perú y Colombia hoy en día se están llevando las palmas. La región tiene un gran déficit en términos de la distribución del ingreso, y en eso Perú y Colombia tienen mucho por hacer, al igual que todos los demás. Quizás ese sea el gran desafío: cómo generar políticas sociales, educativas, de salud y de capacitación de la gente para poder producir empleo de calidad y reducir esas brechas.
—¿Por qué considera que las reformas han hecho que Chile pierda la estela?
—Las reformas no están bien orientadas ni en el diagnóstico ni en la necesidad. Se ve una confrontación innecesaria con el sector privado. En los últimos años se han ideologizado las políticas públicas en Chile. Los 20 años de la Concertación fueron ejemplares en términos de una coalición de gobierno que generaba políticas estables, permanentes y que generaban credibilidad.
—¿Y eso no va más?
—Eso ha cambiado.