Por María José Tapia // Ilustración: Hernán Kirsten Enero 8, 2016

Estaba todo listo. Se habían definido los embarques y las fechas. Durante este año, una de las principales cadenas de supermercados de Honduras comenzaría a vender el pisco chileno Bou Barroeta. A fines del ejercicio, sin embargo, el negocio se complicó. El importador le señaló al productor que no podría vender el destilado como pisco, porque el país reconocía a Perú como el dueño de ese nombre. Finalmente, y gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) existente entre Chile y ese mercado, el conflicto se resolvió, suerte que no corrió Viña Lapostolle. Meses antes —en mayo— la compañía vio truncadas sus ambiciones de vender Kappa en Colombia, porque el pisco también era de los vecinos.

La arremetida peruana en materia pisquera mantiene a los productores locales en vilo. Es que ese país ha desplegado una artillería que le ha significado ir ganando el reconocimiento mundial que el pisco es peruano. Bolivia, Ecuador y Colombia son sólo algunos ejemplos de los más de 10 países que reconocen al producto como peruano. Aún más, la Unión Europea y Estados Unidos tienen al pisco como indicación geográfica de Perú, sin perjuicio del uso de la denominación por parte de Chile, sustentada en los TLC. De hecho, mientras para los pisqueros locales EE.UU. es su principal destino, con el 33% de los envíos, para Perú también es relevante, implicando un 32% del total.

Este desempeño no sólo ha generado un nerviosismo en la industria local, sino que ha despertado una tensión entre los productores y el Estado. Los pisqueros aseguran que mientras el gobierno peruano asume la defensa de la denominación de origen (D.O.) en el exterior y destina un monto cercano a los US$ 7 millones a promocionar el producto, la autoridad chilena permanece pacífica e inactiva, situación que los perjudica. “La D.O. Pisco es un bien público, por lo que la defensa y la promoción debe recaer en el Estado de Chile y eso en la práctica no se ha dado. En los últimos años, nos hemos visto obligados, como asociación, a tener que asumir nosotros esa defensa”, critica el gerente de la Asociación de Productores de Pisco, Claudio Escobar. En el sector aseguran que cada vez que un chileno trata de registrar la palabra pisco afuera, el gobierno peruano presenta su oposición ante la entidad de propiedad intelectual del respectivo país, aduciendo que el pisco les pertenece. Hoy existen varios procesos activos por el tema. Los últimos se están llevando a cabo en Tailandia, El Salvador y Costa Rica, donde la asociación contrató al estudio jurídico Silva y Compañía.

Es que Perú quiere la exclusividad, a diferencia de Chile, que siempre se ha mostrado abierto a que se vendan ambos productos. De hecho, es tan agresivo el actuar peruano que incluso han revertido procesos. En 2013, la Corte Suprema de Justicia de El Salvador reconoció la denominación de origen exclusiva para Perú, a pesar de que en 2006 había validado el ingreso del producto de ambos países.
El gerente general de Capel, Roberto Salinas, plantea así que la denominación de origen es un bien público, por lo que su defensa debe recaer en el Estado de Chile, lo que en la práctica no se ha dado. “Si fuera contra el gobierno de Chile, Perú no haría estas cosas porque sabría que va a perder, pero el Estado de Chile trata de eludir su responsabilidad, intentando no agregarle a su relación con Perú una dificultad adicional”.

“La denominación de origen Pisco es un bien público, por lo que la defensa debe recaer en el Estado de Chile y eso en la práctica no se ha dado. En los últimos años, nos hemos visto obligados a tener que asumir nosotros esa defensa”, dice el gremio pisquero".

En el gobierno rebaten tal argumento. “En Chile, las leyes que protegen las D.O., contemplan que quienes pueden ejercer ese derecho son los productores, en este caso, los pisqueros”, explica el director general de la Direcon, Andrés Rebolledo. Subraya, además, que en los principales destinos existe una protección a la indicación geográfica “pisco chileno” radicada en los Tratados de Libre Comercio. La particularidad, eso sí, es que no se ha solicitado la exclusividad, por lo que el producto peruano puede acceder. En la práctica, hoy la protección está contemplada en 15 acuerdos, lo que genera una cobertura de más de 40 países, señala. Para los productores esto no es suficiente. La competencia también está en ellos y con una fuerte ofensiva, dicen.

Así, el concejo municipal de Río Hurtado y el de Coquimbo, además del gobierno regional de este último también han solicitado al Estado que asuma la defensa.

 

LIBRE TRÁNSITO

Cerca de 36 millones de litros de pisco produce Chile anualmente, mientras en Perú la cifra es de sólo 7,5 millones. El consumo interno es de 2,1 litros per cápita, y en Perú es de 0,3 litros. Si bien la diferencia es grande, a la hora de analizar las exportaciones, el panorama se invierte. Según datos de la Asociación de Productores, Chile exportó US$ 3,1 millones en pisco durante 2014, y Perú US$ 5 millones. En litros, fueron 502 mil versus 1,5 millones, respectivamente. En 2005, las exportaciones chilenas superaban en un 150% a las peruanas.

Lo paradójico es que el principal destino del producto peruano es Chile, un 34% de su pisco llega al país, cuando al revés no se puede comercializar.

PISCO chico

La normativa local establece que el pisco sólo puede ser chileno, aunque el peruano puede entrar al país etiquetado como aguardiente. Sin embargo se vende en diferentes canales, como restaurantes y hoteles, como pisco. “Perú no nos deja exportar pisco, aguardiente ni nada. Nos rompen las botellas y ellos exportan bajo el nombre de aguardiente que sale en la etiqueta, pero todos sabemos que es pisco y nadie hace nada”, apuntan en Capel.

Desde Perú la mirada es similar. El presidente del Consejo Regulador Denominación de Origen Pisco —asociación que agrupa a los productores—, Jaime Marimón, precisa que ellos mandan el producto como aguardiente, y cuando llega a un restaurante es el dueño el que decide ponerle pisco, lo que no es responsabilidad de Perú. “La protección en el consumo interno es interna. El productor es quien debe avisarle al Estado que el aguardiente peruana se está vendiendo como pisco”, dice. Asegura desconocer si algún pisco chileno se vende en Perú, cree que no. “No sé si está prohibido, si viene como aguardiente, aunque venderlo sería harto difícil”, precisa y defiende que la ventaja de su producto está principalmente en la calidad.

En 2014, chile exportó US$ 3,1 millones en pisco, mientras que Perú envío US$ 5 millones. En 2005, las exportaciones chilenas superaban en un 150% a las peruanas.

 

La intervención del gobierno peruano ha sido tal que incluso se ha plasmado en Chile. En marzo del año pasado la embajada presentó una demanda de oposición ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) para prohibir que Capel inscribiera las marcas “La Cofradía del Pisco” y “Círculo del Pisco”. El Inapi falló a favor del productor local, Perú apeló y el lunes la Corte Suprema apoyó la posición de Capel en cuanto al “Círculo del Pisco”. La segunda marca está pendiente.

 

A raíz de esa situación, en mayo y por petición de las comisiones de Relaciones Exteriores y de Agricultura de la Cámara de Diputados, se puso en marcha, por primera vez, el Consejo Asesor del Ministerio de Agricultura en materias pisqueras, compuesto por Minagri, Relaciones Exteriores y los privados. El ministro Carlos Furche asegura que se ha ido avanzando en las problemáticas que complican al sector y le baja el dramatismo a la polémica. “La industria pisquera chilena exporta US$ 3 millones, eso es todo, principalmente a EE.UU. y Argentina, donde está protegida. Sólo en vinos, Chile exporta casi US$ 2.000 millones”, señala.

Precisa que en el marco de la mesa, ya le pidieron a la Asociación que identifique con precisión los mercados de interés comercial donde podrían estar amenazados. En ese escenario, además, están trabajando fuerte en diseñar un plan de promoción radicado en Prochile y en proteger que no ingrese el aguardiente peruana etiquetada como pisco. “Hace menos de dos meses, el SAG decomisó una pequeña partida etiquetada como pisco peruano. Y hemos oficiado al Sernac para ver qué medidas se pueden tomar en relación a la comercialización del producto”, dice el ministro.

En el sector plantean que esto no es suficiente. “La titularidad es el tema principal y más relevante y no está arriba de la mesa. Perú ha hecho una amenaza global a todo el mundo diciendo que no podemos exportar y Chile, viendo el abuso que están cometiendo con uno de sus sectores, pues nada hace”, concluye Roberto Salinas, de Capel.

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