Por Emilio Maldonado Quevedo // Foto: Marcelo Segura Septiembre 9, 2016

Juan Andrés Fontaine (34) camina por el barrio Franklin sorteando la ruidosa convivencia entre comerciantes ambulantes y quienes ya están establecidos o en alguna de las estrechas veredas de calle Placer y Arturo Prat o en los intrincados pasillos de los galpones, techos de hojalata que dan cobijo a todo tipo de comercio: desde el popular Matadero hasta el Mall del Mueble.

Franklin bulle de vida de lunes a domingo. Más de 45 mil personas por día deambulan por sus calles y para Fontaine esa es razón suficiente para iniciar ahí uno de los proyectos más ambiciosos en términos de conectividad para la comuna-capital: Santiago Digital, una red de antenas que entregará internet gratuito —y de alta velocidad— a los transeúntes de esta comuna. Todo partirá en los alrededores del afamado Persa Biobío, aunque en la práctica todo se haya gestado tres años antes y a miles de kilómetros hacia el norte, en el istmo de América.

De vacaciones por Panamá, Fontaine notó que no tenía que buscar señal de internet en negocios o cafeterías, como suele hacerse cuando se está en el extranjero. Simplemente tenía que tomar su teléfono móvil en la plaza y encender la señal de wifi. El Banco de Panamá, una de las entidades financieras más grandes de Centroamérica, entregaba internet sin costo: el único requisito era que el usuario debía ver un pequeño video promocional.

A tres años de esa experiencia, y sentado en el patio de la casa que refaccionó junto a su señora en calle Caupolicán, reconoce que en ese momento no le prestó tanta atención. Sí lo hizo meses después, cuando a inicios de 2014 decidió renunciar a su trabajo en Finanzas Corporativas de BTG Pactual para recorrer Asia por casi un año. Al otro lado del mundo, y sin un plan de datos con roaming pagado por su antigua empresa, notó que necesitaba conectarse a internet gratuito y fue ahí que el recuerdo de Ciudad de Panamá se le vino a la cabeza: los espacios públicos también eran “iluminados” con internet y quien financiaba la red era una empresa privada. El requisito era el mismo: ver un video promocional de la marca auspiciadora. Allá decidió no volver a trabajar en ningún banco de inversión y optó por crear un emprendimiento tecnológico. A su regreso, en el verano de 2015, fundó junto a su hermano Antonio (23) la empresa Accionet, la misma que hoy proyecta entregar internet sin costo en Santiago y que ya ha logrado sus primeros avances: el Parque Araucano, en Las Condes, ya está bajo la red de la empresa de Fontaine.

Cuando regresó a Chile le comentó su idea a Antonio, quien terminaba sus estudios de Ingeniería Civil en Computación en la UC. Juan Andrés, ingeniero comercial de la misma casa de estudios, necesitaba a alguien que entendiese de redes y que, al mismo tiempo, se comunicara con los expertos en informática.
Comenzaron a tirar líneas. Buscaron datos que avalaran su idea y descubrieron que en Chile el 80% de las conexiones a internet se hacen desde dispositivos móviles. Aprendieron que dos de cada tres smartphones operan bajo la modalidad de prepago: casi 16 millones de líneas para cuyos usuarios el tráfico de datos gratuitos resultaría una oferta conveniente. Más atractivo sería el negocio para las empresas que decidiesen auspiciar estas redes: podrían promocionar sus productos ante esta gran masa y ellos, Accionet, serían los intermediadores.

En 2011, cuando su padre era ministro de Economía en el gobierno de Sebastián Piñera, impulsó bajo esa cartera el programa Start-Up Chile con el objetivo de fomentar el emprendimiento tecnológico en el país. Sin pensarlo, ni acogerse a este programa, los hijos del ex ministro terminaron tomando el guante y crearon Accionet.

Con el nombre y el modelo de negocios sobre la mesa, decidieron buscar un software afín. Dieron con Fernando Seguy, quien había creado uno que cumplía con los requisitos de los hermanos Fontaine: había levantado una red rural de internet que funcionaba a través de prepago al interior de la Región del Maule.

El plan para Franklin es llenar de antenas la vía pública para que  los galpones comerciales tengan wifi. Pero en su mente no está el poner avisos publicitarios, sino el crear un mapa virtual con los comercios escondidos entre pasajes y galerías. Todo esto, por supuesto, financiado por una o varias grandes empresas.

Desde ese entonces la tarea se centró en la elaboración de un programa que pudiese dar internet sin costo a las calles de Chile y que soportase altos niveles de tráfico. A eso se dedicaron en 2015 hasta llegar al actual programa, que ya está operativo en Las Condes y que pretende conectar a todo Franklin. En el camino, además, se integraron Matías Camus y Ricardo Pantoja a la sociedad, pero Juan Andrés y Antonio mantienen la mayoría de Accionet.

Juan Andrés comenzó a tocar puertas. Una de las primeras en ser abiertas fue la del Mercado Central. Ahí, Accionet pretende levantar una red que dé información turística a los usuarios y les permita navegar gratis.

Mientras las conversaciones avanzaban, se presentó la licitación para entregar internet gratis en la sala de embarque del aeropuerto de Santiago. Quedaron en la terna, pero no fueron seleccionados.
A pesar de este traspié, otro espacio apareció en el horizonte: el Parque Araucano.

En uno de los extremos del espacio, donde se ubica la cancha de skate, la empresa Red Bull quería hacer una actividad que motivase a la gente a inscribirse en un campeonato de skate, el cual terminó hace una semana. Accionet propuso instalar una red de internet sin costo, cuyo paso previo a la navegación fuese inscribirse en el Red Bull Skate Arcade, nombre del torneo. Tras invertir $ 25 millones y cablear el recinto, consiguieron que en 24 días —duración de la fase de inscripción— unas 2 mil personas se registraran. De ellos, el 30% tenía interés en participar de la actividad, mientras el resto sólo lo hizo para aprovechar la navegación.

Otra cifra llamó la atención de Fontaine: la mayoría de las conexiones ocurrían a las 7.00, cuando el parque está cerrado. Descubrió que a un costado había un paradero del Transantiago y las conexiones venían desde ese punto, de trabajadores, quienes esperando la micro aprovechaban internet gratuito. El objetivo que lo motivó a fundar Accionet estaba cumpliéndose.

El plan para Franklin es llenar de antenas la vía pública para que todos los galpones comerciales tengan acceso a wifi. Pero en su mente no está el poner avisos publicitarios, sino el crear un mapa virtual con los pequeños comercios, aquellos escondidos entre sinuosos pasajes y galerías, para realzar el microcomercio y las picadas de la zona. Todo esto, por supuesto, financiado por una o varias grandes empresas.

Lo que ocurra en Franklin será sólo el puntapié inicial. Tras conversaciones con el municipio de Santiago, Fontaine quiere replicar la experiencia en otros barrios de la comuna, como Yungay, barrio universitario o Quinta Normal para luego probar en otros puntos de Chile.

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