En dos horas ininterrumpidas, sin material de apoyo ni mayores aspavientos que su voz y sus ideas, el ex presidente Ricardo Lagos Escobar expuso gran parte de su visión de país a un selecto grupo de invitados, que rondaban las 30 personas, este miércoles en la sede del Centro de Estudios del Desarrollo (CED), cercano a la DC. Además de la plana mayor del think tank, liderados por el empresario y ex intendente de la IV Región, Felipe del Río; el ex presidente de Codelco, Juan Villarzú, el abogado Sergio Micco y el ex diputado Eduardo Saffirio, entre otros, fue invitado un grupo de empresarios de diferentes rubros. Entre los que resultaron más visibles estaba el presidente de la Asociación de Bancos, Segismundo Schulin-Zeuthen, y el economista Alejandro Alarcón.
“Crecimiento” fue la palabra que Lagos más repitió en su extensa alocución, en la que además fue enfático en señalar que Chile debe retomar la senda del crecimiento si es que quiere mejorar la distribución del ingreso y avanzar hacia mayores niveles de equidad, según quienes acudieron a la cita.
El ex presidente valoró la apertura económica de país y puso especial énfasis en la necesidad de avanzar en innovación.
También habló de política: reconoció que existe un ánimo de crispación inédito en el ambiente y de la importancia de alcanzar un acuerdo entre todos los sectores para seguir avanzando. Al terminar la cita, un detalle: se despidió de todos los asistentes, uno por uno.
“Crecimiento” fue la palabra que Lagos más repitió en su extensa alocución ante un grupo de empresarios en el Centro de Estudios del Desarrollo (CED), cercano a la DC, en la que además fue enfático en señalar que Chile debe retomar la senda del crecimiento.
La irrupción de Lagos en la carrera presidencial y su sinceramiento de que “no se va a restar” del desafío, si la ciudadanía lo considera necesario, no sólo fue un golpe de efecto en el cuadro político, sino que también en el mundo económico y empresarial. Dos figuras de relativa influencia en el sector, como César Barros y Hernán Somerville, permitieron medir la temperatura que se instalaba.
“Me gusta más Lagos que Piñera”, dijo el ex dirigente gremial y ex presidente de La Polar en una declaración sorprendente para muchos (aunque aclaró que votaría por Piñera), mientras que el ex presidente de la CPC y la Asociación de Bancos, más cercano a Lagos, también se definió: “Como soy un liberal, en esta elección, claramente, voy a estar con Lagos”.
La oferta de gobernabilidad del ex presidente y la tranquilidad que les transmite a los empresarios pueden ser importantes activos en su carrera por volver a La Moneda. Todavía más: le permite disputar un espacio en el que Sebastián Piñera tiene más debilidades que fortalezas. Pero para Lagos cultivar este perfil también tiene costos: sus intentos por conseguir el apoyo del PS, el PPD y otras fuerzas más progresistas de la Nueva Mayoría, que es lo que busca hoy por hoy, se pone más cuesta arriba.
Entre aplausos
El 7 de marzo de 2000, cuatro días después de colgarse la banda presidencial, Ricardo Lagos visitó la sede del Centro de Estudios Públicos (CEP), donde sostuvo el primero de los tres emblemáticos encuentros con empresarios que tuvo durante su mandato en dicho espacio. Aquella cita fue como una bisagra: el discurso del entonces presidente consiguió disipar las desconfianzas imperantes con el primer gobernante socialista desde Salvador Allende. En la prensa de la época, la reunión fue catalogada de “cumbre” y asistieron más de cien representantes del sector.
Quien jugó un rol determinante para acercar, en ese entonces, a Lagos con el mundo de los negocios fue el actual ministro de Energía, Máximo Pacheco. El entonces ejecutivo de la transnacional Carter Holt Harvey e hijo del ex ministro DC Máximo Pacheco Gómez, también militante socialista, se convirtió en el puente necesario.
“Chile es un país que tiene muchos fantasmas y uno de esos era cómo iba a gobernar el primer presidente socialista después de Salvador Allende y ese fantasma estaba muy instalado en el mundo empresarial cuando el ex presidente fue elegido. En su momento fue muy importante poder construir una relación basada en lo que se consideró que era un diálogo importante con todos los actores de la sociedad, y creo que el presidente Lagos hizo un gobierno que verdaderamente logró terminar con ese fantasma. Es posible ser socialista y tener un gobierno responsable, cuidar la regla fiscal, impulsar la inversión y creer en el crecimiento económico”, recuerda el titular de Energía.
La imagen de Lagos despidiéndose de La Moneda entre los aplausos de gran parte de los grandes grupos económicos del país, dando vuelta ese tablero inicial, más que una caricatura, fue una realidad. Las herencias de su gobierno despiertan simpatía en diversos grupos económicos: su programa de impulso a las energías, la firma de millonarias concesiones y el desarrollo productivo; leyes como los multifondos de las AFP o la creación del Crédito con Aval de Estado (CAE) terminaron siendo medidas que hoy se consideran fueron más beneficiosas para el mundo privado.
Entre los gremios hay sectores que se reconocen, por estos mismos motivos, más “pro Lagos”. El sector energético es uno donde aún no olvidan que durante el gobierno de Piñera no se avanzó en la materia y aún está latente el recuerdo del “telefonazo” del ex presidente para detener el proyecto Barrancones ante un espontáneo estallido social en contra del proyecto. Transporte y construcción son otras áreas donde recuerdan que Lagos fue el gran promotor del avance en infraestructura en el país: la construcción de carreteras y el Transantiago son definitivamente herencias que tienen su sello.
Si bien tras el sinceramiento del ex mandatario de que emprenderá una carrera hacia La Moneda su agenda ha estado cien por ciento enfocada en conseguir respaldo político, orientando sus esfuerzos hacia el PS, el PPD y principalmente encuentros con jóvenes, el ex mandatario mantiene fuertes y constantes lazos con el mundo empresarial. Y es un espacio donde le ofrece fuerte competencia a Piñera, quien si bien no tuvo una relación tan fluida con ese mundo durante su gobierno, sabe que dentro de los grandes grupos económicos tiene un respaldo fuerte y seguro.
Aunque al interior de los grandes gremios, Sofofa y CPC, aún no se ha abierto una discusión formal sobre la carrera presidencial, en las comidas, encuentros y pasillos el tema ya está instalado.
“Mis empresarios aman a Lagos” dijo Somerville durante su gobierno (cuando estaba al frente de la CPC), quien hoy mantiene una relación cercana con el ex mandatario. Aunque se reúne regularmente con él, dice que hace nueve meses que no dialoga con el ex gobernante. “No son amigos, pero sí se reúnen una o dos veces al año”, precisa un conocedor de esos encuentros, que generalmente ocurren en la Fundación Democracia y Desarrollo.
“Lagos es más un visionario de las estrategias de conjunto con un Estado orientador y Piñera confía en el puro mercado. Para los empresarios es más interesante una estrategia de convergencia sobre un cambio en la estructura productiva que una liberalización de las fuerzas del mercado”, dice el ex ministro Sergio Bitar.
Así como Somerville hay otros. Y también un amplio sector al interior de los grandes grupos económicos que es cauto: enfrentados a un eventual choque Piñera-Lagos, la balanza se inclinará hacia el ex presidente de centroderecha, pues es sabido que hay “fácticos” que nunca votarán por un socialista, comentan al interior de los gremios
“Si en el primer gobierno, Lagos debía ganarse la confianza de la derecha y los empresarios, hoy se da el fenómeno inverso: debe ganarse a la calle y a la izquierda, porque lo otro ya lo tiene”, dice Carlos Correa, consultor en comunicación estratégica y ex Secom.
Para otros analistas no es tan fácil. “Los empresarios no aceptarán que Lagos lidere un proceso de gobierno nuevamente con el PC”, dice una fuente gremial y sólo accederían a apoyarlo en caso de que la coalición con la que gobierne rompa con los comunistas. Este escenario, en la Nueva Mayoría, sería impensado, pues, pese a las distancias que el ex mandatario tiene hoy con algunos dirigentes más jóvenes del PC, en el oficialismo reconocen la disciplina y pragmatismo del partido que dirige Guillermo Teillier.
“Hay un espacio de convergencia importante que hace una diferencia entre Lagos y Piñera: Lagos es más un visionario de las estrategias de conjunto con un Estado orientador, y Piñera confía en el puro mercado. Para los empresarios es más interesante una estrategia de convergencia nacional sobre un cambio en la estructura productiva que una liberalización de las fuerzas del mercado”, dice por su parte el ex ministro Sergio Bitar.
Para otros, las fuerzas van a estar divididas. Lo que es la fortaleza de uno, puede ser la debilidad del otro. Lo que sí es claro: Lagos y Piñera son las opciones con mejor recepción entre los empresarios. Esta tesis se confirma con una imagen: no son pocos los que recuerdan que en noviembre de 2014, en medio de la vorágine reformista del primer año del segundo gobierno de Bachelet y una relación a los tirones entre La Moneda y el sector, ambos ex mandatarios dieron gala de sus virtudes de hombres de estado, manejo económico y gobernabilidad. Ese fue el comentario al menos de la gran mayoría de los comensales de la cena de celebración de los 95 años de la Cámara de Comercio de Santiago, que despidió a ambos invitados con un aplauso largo y cerrado.
Crecer con innovación
El miércoles el ex presidente Lagos cenó con la mesa directiva del PPD en su fundación de calle Roberto del Río, en Providencia. Había varios temas sobre la mesa, principalmente dudas y condiciones del partido que fundó. Una de ellas fue la construcción programática de su eventual segunda carrera presidencial. Entre varias materias, los dirigentes le expusieron al ex mandatario sus aprensiones con la imagen de cercanía a los empresarios que se ha configurado públicamente, lo que, definitivamente, lo aleja de los sectores más progresistas de la Nueva Mayoría.
Y, entre otras cosas, solicitaron que sus propuestas en materia económica, más que satisfacer a los grandes grupos económicos, apunten a la innovación, al mundo de los emprendedores, y a las pymes.
“Si uno de los objetivos centrales es diversificar la economía, nuestro acento es que los nuevos emprendimientos, todo lo que significa la nueva economía, con redes de innovación es lo que debiéramos tratar de promover. Si los empresarios más importantes lo valoran, qué bueno, pero nuestro acento está en incorporar la nueva economía y que podamos tener una oferta que no sólo sea valorada por la CPC o la Sofofa”, dice el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, quien además afirma que le pidieron a Lagos estrechar vínculos con el equipo económico del partido, formado por el ex ministro Álvaro García, Jorge Marshall y Daniel Fernández, entre otros.
Aunque Lagos mantiene siempre en agenda reuniones o invitaciones de grupos empresariales, en seminarios, foros y otras instancias, últimamente ha optado por privilegiar una agenda más política. Eso no es un misterio.
Pero, como en el caso de su relación con Somerville, mantiene nexos permanentes con ese mundo a través de figuras como los ex ministros Sergio Bitar y el propio García el presidente de Codelco, Óscar Landerretche, su amigo el empresario, Fernando Bustamante, e incluso el propio ministro Pacheco.
Pese a esto, de momento Lagos aún no conforma un equipo económico, pues mientras no se resuelva cien por ciento su candidatura mantiene este tipo de conversaciones en el ámbito de lo privado con su grupo de colaboradores de toda la vida: Ernesto Ottone, Javier Martínez, Carlos Vergara y el presidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, su hijo.
“El presidente Lagos tiene gran prestigio, es una persona muy respetada en la sociedad chilena, y para un sector amplio de la ciudadanía fue un gran presidente. La decisión que tomó de señalar que no se va a restar del esfuerzo que tenemos que hacer como coalición para tener una candidatura sólida y competitiva, me parece una decisión valiente que fortalece a nuestro sistema democrático”, remarca Pacheco.
Así las cosas, la performance de Lagos, su crecimiento en las encuestas y, en definitiva, sus opciones de llegar a La Moneda dependerán también del rumbo económico de los próximos y decisivos meses.
El columnista Jorge Navarrete lo define así: “A diferencia de Piñera, que garantiza crecimiento económico, lo que Lagos pone sobre la mesa es futuro”.
Navarrete explica que si el eje de la próxima elección es crecimiento económico, dinamismo de los mercados y generación de empleos, el espacio para Piñera es grande. “Si, por el contrario, el eje de la campaña es cómo damos mayor estabilidad, tener un plan de estrategia de país en el cual se sigan haciendo reformas, pero en un marco de mayor acuerdo social y político, que integre no sólo las visiones de izquierda, sino también las más moderadas, en una perspectiva más socialdemócrata, creo que ahí Lagos tiene una ventaja importante que sacar”, cierra.
El propio ex presidente Lagos en su declaración de intenciones dio las primeras pistas: “Un mayor bienestar social para todos requerirá de una fortaleza económica en la cual apoyarse y a la que debe concurrir el esfuerzo de todos los chilenos”.