Por Estela López // Fotos: José Miguel Méndez Diciembre 30, 2016

El empresario socialista, ex subsecretario de Economía de Salvador Allende y secretario general del MAPU, recuerda la carta que envió a fines de 2014 al PS, alertando sobre las consecuencias de las reformas que impulsaba en ese entonces el gobierno de Michelle Bachelet. Dice, “con una cuota de dolor”, que no se equivocó y que las reformas influyeron en la cohesión del país.

Garretón se refiere al Chile de hoy como un país de dudas, que “duda de su política, duda de las empresas y de unos con otros”. Agrega que Chile ha perdido “aplomo y confianza en sí mismo” y que, en esa lógica —explica—, se dan situaciones “insólitas” como no tener claridad de quién será el próximo presidente de Chile ni de quiénes van a competir.

Aunque tiene algunas certezas, como que en Chile es más fácil coludirse que en otros países y que las prácticas anticompetitivas no dañan sólo a quienes las cometen sino que siembran una desconfianza en la economía de mercado.

—Cuando califica a Chile como un país de dudas, ¿cuál es la responsabilidad del mundo empresarial?
—Hay, por un lado, un cuestionamiento de la sociedad al mundo empresarial que antes no había y que está pesando en el comportamiento de la sociedad y de las propias empresas. De eso se deriva una segunda cosa, que la empresa está reaccionando más rápido que la política para solucionar el problema.
Cuando volvió la democracia, en la empresa había mucho temor y duda de que una coalición desplazada por el golpe militar volviera en gloria y majestad a gobernar. Posteriormente, reaccionaron y se pusieron a invertir y trabajar. Sin embrago, la empresa culturalmente no cambió entre los que mandaban. Se educó culturalmente a muchos de los ejecutivos bajo una lógica de maximización de utilidades como criterio único. Temas como la ética eran considerados temas personales. En general, era más bien el éxito práctico el que estaba instalado como lógica de funcionamiento, y tengo la sensación que ese modelo murió. Para maximizar utilidades hay que hacer cosas distintas. No sé cuánto le puede costar a la papelera la colusión, pero está claro que si de crear valor se trata, ha sido una práctica que le destruyó valor. La pérdida de valor, no sólo por las compensaciones, sino que el impacto en valor de Bolsa de la empresa es muy alto y eso es parte del castigo. Antes podían pasar coladas, pero ya no.

—¿Es parte del castigo, pero suficiente?
—No, pero es parte de. Todo el castigo no es la pena que la justicia le da, otra parte es el juicio de los consumidores y el daño al valor de la empresa.

—¿Cree que estos casos de colusión instalan más la idea de que el Estado debe crecer y tener más fiscalización?
—Una vez me preguntaron sobre qué opinaba del mercantilismo de la sociedad chilena. Yo decía que esa gran responsabilidad no es del mercado, sino de la política. No se le puede pedir al mercado lo que no puede dar. Las sociedades son mercantilistas cuando una política no funciona. En Chile es más fácil coludirse por la concentración económica. En Estados Unidos para coludirse se deben poner de acuerdo 200 empresas, en Chile dos o tres.

—Usted dice que en Chile es más fácil coludirse, ¿eso lo asocia a una falta de gobernabilidad?
—La política no está a la altura, no ha sido eficiente del punto de vista de la gestión. Llevamos mucho tiempo con la discusión de la reforma educacional y nadie llega a acuerdo con nadie, el único acuerdo rápido que hemos tenido es el feriado del 2 de enero. Hay algo que está pasando en la sociedad chilena que hace que la política no esté funcionando en aquellas cosas que son más relevantes para la gente.

—¿Qué le parece la decisión de la Fiscalía Nacional Económica de no presentar un requerimiento ante el caso de colusión de los pañales?
—La práctica de la colusión puede muy peligrosa para una economía de mercado como la chilena, que tiene más propensión a la concentración económica. La defensa de la economía de mercado requiere un celo mayor que en otros lados para evitar estos problemas. El efecto de la colusión siembra una desconfianza y una duda sobre la economía de mercado y no sólo sobre las empresas afectadas.

—Dada su experiencia en el mundo empresarial, ¿considera que hay más distancia hoy de este tipo de prácticas?
—Sí, la preocupación por las prácticas del gobierno corporativo tiene un nivel de intensidad que no existía años atrás. Los manuales de buenas prácticas son habituales en las empresas. Es el cuestionamiento de la empresa que ha hecho que el mundo empresarial se haya puesto las pilas con estas cosas.

—¿Cómo ve la relación de los empresarios con el gobierno de Bachelet?
—Hay un puente roto que no es muy recuperable y tengo la impresión que uno de los temas importantes del próximo gobierno es ver cómo resolver estos puentes.

“No tiene sentido disfrazar a Lagos”

Guillermo Garreton_-14.jpgGarretón manifiesta su preocupación por el futuro del PS y la centroizquierda chilena. Apunta a que la indefinición del PS y el PPD, junto con las candidaturas de Ricardo Lagos y José Miguel Insulza corriendo paralelamente para llegar a La Moneda, sólo benefician a un tercero, que es Alejandro Guillier. Espera entonces una definición pronta y tener un candidato que represente de forma más amplia al sector.

—¿Cómo cree que terminará el duelo Lagos- Insulza?
—En cómo se resuelva el lío presidencial PS-PPD se está jugando el liderazgo político de estos partidos en la sociedad chilena, que hoy está comprometido. Se ha producido una trizadura muy fuerte entre una cultura de centroizquierda y lo que ha sido la oferta de la izquierda estos últimos años. Lo que está en discusión a nivel popular es si la izquierda realmente es la que representa al pueblo o no, o simplemente representa a un grupo de partidos indiferenciados y de bajo prestigio. Eso pasa por ponerse de acuerdo en una candidatura presidencial y en los contenidos en torno a eso.

—Pero no hay acuerdo.
—Lo peor y lo más dramático que le podría ocurrir al PS y al PPD es que terminen teniendo que apoyar, por su falta de acuerdo, a un candidato que es más sonrisa que contenido o que representa a aquella parte de la coalición que sólo tiene la voluntad de permanecer en el gobierno.

—¿En qué plazos debería pasar esto?
—El PS-PPD tiene que tener esto resuelto antes de la junta nacional de la DC (28 de enero). Es distinto una discusión en la junta si hay una candidatura potente PS-PPD y se termina con este especie de anulación mutua en que se ha vivido y que favorece una tercera candidatura sin contenidos claros. Sería una contradicción con la gran queja DC apoyar a un candidato sin contenido para un próximo gobierno.

—¿El candidato del PS-PPD al que usted aspira debe ser más moderado o más de izquierda?
—Al final, el PS-PPD va a estar eligiendo dentro de las alternativas más probables a un figura que es propiamente de centroizquierda, en el fondo, una figura que representa mucho más al conjunto de la coalición de lo que hoy ha estado existiendo. No tiene mucho sentido intentar disfrazarlo de lo que no es porque nadie lo cree. En el caso de Lagos, es una figura de centroizquierda y nadie se cree que va a ser una figura de la retroexcavadora, nunca.

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