El martes 7 de febrero, el empresario Carlos Alberto Délano tuvo que hacer un alto en sus vacaciones en su campo en Puyehue, X Región, para viajar a Santiago. El motivo fue asistir a la audiencia en la que su esposa, Verónica Méndez, junto a la mujer de Carlos Eugenio Lavín, M. de la Luz Chadwick, fueron formalizadas por presuntos delitos tributarios que se desprenden del caso Penta.
Fue un paréntesis del ostracismo en el que el conocido empresario decidió sumergirse tras explotar el caso, que comenzó en agosto de 2014 con la denuncia del SII por fraude tributario, y continuó con su formalización y la de Lavín por parte del Ministerio Público en marzo de 2015, la que derivó en la prisión preventiva en el anexo penitenciario Capitán Yáber por un mes y medio. Medida que luego fue revocada y cambiada a arresto domiciliario y arraigo nacional.
Desde que estalló el caso Penta, Carlos Délano nunca más pisó un estadio donde jugara la Universidad de Chile. Este fue uno de los sacrificios del empresario.
A pocos días de que la investigación llegue a su término —la fecha es el 4 de marzo próximo—, sus conocidos afirman que la vida del “Choclo” sufrió un cambio, que disminuyó al máximo sus actividades públicas, pero que nunca soltó su activa labor empresarial. En los últimos meses, interrumpió dos veces ese bajo perfil que cultivó tras su renuncia a los directorios de la Fundación Imagen de Chile y al consejo directivo de la Universidad del Desarrollo. Una de ellas fue cuando su amigo Joaquín Lavín asumió como alcalde en Las Condes; la segunda, habría sido cuando asistió al aniversario de la agencia de comunicaciones Azerta, de Cristina Bitar, Felipe Edwards y Gonzalo Cordero, el 25 de enero en el Club de Polo San Cristóbal.
Aunque su principal preocupación es preparar su defensa —en lo que trabaja junto con su abogado Julián López—, poco a poco Délano ha vuelto a participar de actividades propias de la rutina que llevaba antes de estallar el caso y poner más ojo en el rearme del grupo de empresas Penta. Todos los días se estaciona en el piso -1 del edificio ubicado en El Bosque Norte 0440, para subir al piso 15, donde se ubican sus oficinas. Pero hay actividades de las que se tuvo que olvidar por completo.
Délano post Penta
Nunca más pisó un estadio para ver a la Universidad de Chile. El equipo de fútbol del cual es un fanático empedernido —al igual que todo su clan— y del que incluso llegó a ser parte del directorio.
Si bien hace dos años no se perdía ningún encuentro de su equipo, hoy lo sigue pero desde su televisor. “Nunca más fue. El estadio puede llegar a ser un lugar peligroso”, comenta un cercano cuando se le consulta por las razones que obligaron al “Choclo” a dejar de asistir a los partidos. “En el estadio se puede gritar cualquier cosa”, agrega.
Este fue uno de los sacrificios personales que Délano tuvo que hacer luego de que salieran a la luz los hechos que apuntaban a un fraude tributario y al uso de boletas ideológicamente falsas cuyos dineros se destinaban, en su mayoría, a miembros de la Unión Demócrata Independiente. Este caso provocó también su salida de otro de sus frentes públicos: la presidencia de la Fundación Teletón, cargo que desempeñó entre 2010 y 2014 tras 14 años en su directorio.
En estos dos años, el contacto con el ícono de esta institución, Mario Kreutzberger, con quien forjó una estrecha relación, ha seguido intacto. De hecho, un amigo del empresario cuenta que al poco tiempo de salir de Capitán Yáber, el animador le brindó a él y a su familia una cena íntima en su casa: “Don Francisco le hizo una comida, en la cual aprovechó de dar un discurso muy emotivo”. La amistad con don Francisco —quien defendió a Délano públicamente mientras éste cumplía con la prisión preventiva— se mantiene hasta el día de hoy y, según revelan cercanos, cuando tienen la oportunidad se visitan en sus casas.
Varias personas que lo conocen y frecuentan aseguran que, lejos de inhibirlo, la investigación en su contra no le ha restado amistades ni vida social. “Sus amigos no lo abandonaron en esta pasada”, comenta un miembro de su círculo, destacando que el empresario goza de una red de amigos, muchos de ellos muy influyentes, que ha sido uno de sus pilares en este tiempo.
De hecho, es habitual que se encuentre con el ex presidente Sebastián Piñera, con quien suele jugar tenis durante el verano en Cachagua, donde ambos tienen casa. Tampoco ha interrumpido su costumbre de jugar golf todos los viernes en el Club de Golf Los Leones junto con sus amigos León Vial (ex LarrainVial), José Antonio Garcés Silva (Andes Iron) y Eduardo Fernández León (Fernández Wood), quienes lo visitaron dos días después de que Délano cayera preso. El arquitecto Cristián Boza, amigo del empresario y testigo de estos encuentros, comenta que “desde el piso 10 de mi casa, mirando la cancha, lo veo pasar una vez a la semana”. Boza, que también visitó a Lavín y Délano en Capitán Yáber, comenta que ambos “están más tranquilos y sé que están activos en sus negocios, son emprendedores y trabajadores. ‘El Choclo’ es muy potente y este impasse no le iba a achicar su espíritu. Es claro que van a empezar una vez más con sus negocios y empresas, y ya deben estar pensando en una operación económica. Son muy creativos y trabajadores”.
En su círculo de amistades no dudan en afirmar que los hombres clave de Penta “pagaron el pato” de ser el primer grupo investigado por financiamiento irregular de la política. “Si ellos hubieran sido la empresa número 23 que pillaban, habría sido un centésimo de lo que pasó”, dice, convencido, una fuente cercana al grupo. Otras personas vinculadas a empresas Penta argumentan que el revuelo de este caso se explica porque en ese entonces no estaban sobre la mesa antecedentes del caso Caval o de SQM, por lo que se convirtieron en un “blanco fácil”.
El caso, que alcanzó a sus esposas la semana pasada, fue un golpe duro para los empresarios. “Para ellas fue tortuoso, son dueñas de casa. Fue muy duro, ya que lo que se había hablado durante dos años es que a ellas no les iba a pasar nada”, comenta una fuente del grupo.
Sus amigos coinciden en que todo el caso le ha afectado mucho anímica y personalmente, pero que ya se ha repuesto y hoy se le ve bien y tranquilo. “Cuando estoy con ellos trato de no hablar el tema, está todo en la justicia”, asegura Boza.
El dolor tras el Banco Penta
De las 600 personas que llegaron a trabajar en Banco Penta, hoy quedan sólo 18 y dentro de pocas semanas estas se reducirán a cero. Hacia allá avanza hoy el banco luego de que el viernes pasado se aprobara la liquidación de la entidad.
A pesar de que las empresas operativas (Banmédica, Penta Vida, Penta Inmobiliaria y Agrícola Mercedario, entre otras) no tenían problemas, la investigación judicial obligó a sus dueños a liquidar el banco, cuestión que no fue fácil, por lo que se terminó vendiendo los negocios —los créditos, la corredora y la administradora de fondos— por separado. “Nadie quería aparecer comprando y ayudando teóricamente” a Penta, reconoce un conocedor del proceso. El resto de la liquidación está en manos de una comisión que no cuenta con más activos que el dinero disponible del capital del banco: cerca de US$ 300 millones que se deben devolver a los accionistas.
Desprenderse del banco ha sido uno de los procesos más sentidos —a nivel empresarial— por Délano. El haber levantado la entidad financiera desde cero generó una profunda cercanía con el proyecto.
Justamente desprenderse del banco ha sido uno de los procesos más sentidos que ha pasado Carlos Délano a nivel empresarial. El haber levantado la entidad financiera desde cero generó una profunda cercanía con la entidad que partió hace 14 años. “Dejar ese proyecto y despedir a toda esa gente ha sido doloroso. Era un proyecto muy cercano, ha sido un proceso en lo humano súper duro”, afirma un empresario cercano al grupo.
En contraparte, Délano y Lavín reimpulsaron el área inmobiliaria, con inversiones en Estados Unidos una vez que se reactivó el mercado inmobiliario en zonas como Miami y Boston.
En el proceso de reordenamiento de las empresas fue clave el liderazgo del actual presidente de empresas Penta y ex canciller del gobierno de Piñera, Alfredo Moreno. Amigo cercano de Délano y Lavín, asumió el cargo el 1 de julio de 2014, a sólo semanas de que estallara el caso. En ese momento, recuerdan miembros del grupo, ambos lo dejaron en libertad de acción para retirarse del cargo, advirtiéndole que la investigación sería un “escándalo inmenso”. Pero Moreno no quiso dar un paso al costado: la amistad, la magnitud del grupo y los casi 40.000 empleados de empresas Penta fueron puntos que, se afirma, hicieron inclinar la balanza a mantenerse en la presidencia y no dejar las filiales a la deriva.
Con el tiempo, el ex canciller debió asumir responsabilidades que iban mucho más allá de su cargo: Moreno encabeza un comité de crisis que se creó a raíz del caso Penta, conformado también por Julián López, asesores de Extend (José Antonio López), Valentina Giacaman (ex periodista de Penta y directora de Rumbo Cierto), asesores de Imaginacción (Juan Carvajal) y otros.
Su labor empresarial se complementa con su family office: Duero, en la cual trabaja la mayoría de sus 9 hijos. Con cuatro áreas de negocios —Inversiones financieras, Inmobiliario, Agrícola y Minera (Andes Iron)—, la oficina está a cargo de José Luis Délano Méndez. Ahí también trabajan Pablo y Carlos Délano Méndez, a quienes entregó “máximos poderes” de administración de las empresas Penta en noviembre de 2015.