Por Estela López García Diciembre 1, 2017

Ese martes de 10 de octubre el directorio de la ANFP estaba sentado en el palco del Allianz Parque y no lo pasaba bien. Chile se jugaba la clasificación al Mundial de Rusia 2018 y en la cancha no había por dónde. Los directores veían cómo con cada minuto que pasaba, las posibilidades de clasificar se desvanecían. Seguían por sus celulares los partidos de Perú-Colombia y de Argentina-Ecuador buscando algo de esperanza en la cancha de al lado. Tras los 93 minutos de juego —con Chile goleado por Brasil—, ya las posibilidades estaban alojadas sólo en un milagro, el que no se dio.

Los directores bajaron al camarín, a saludar a los jugadores y al cuerpo técnico, se lamentaron, se dieron ánimo unos a otros y, poco a poco, dimensionaron lo que se venía por delante. Una alta fuente de la ANFP no recuerda que ese día hayan tirado líneas respecto a la inminente búsqueda de un nuevo cuerpo técnico, o que hayan extrañado la falta de Plan B. Sólo confiesan que antes de tomar el vuelo a Chile ya “vislumbrábamos que iba a venir una línea comunicacional dura respecto a que no se cumplió el objetivo, que el tono y la forma serían otras. Si hubiéramos clasificado, hoy estaríamos hablando de la preparación de la selección, del sorteo; los espacios deportivos tendrían otro contenido”.

Se acerca el fin de año y el fútbol chileno tiene poco que celebrar. Este desánimo no sólo se encuentra en los hinchas, sino también dentro del directorio de la ANFP, que estas últimos semanas ha estado en el ojo del huracán. La falta de director técnico, las tratativas del Canal del Fútbol (CDF) y las facturas cobradas a la ANFP que no correspondían le pasan la cuenta a una administración que no cumplió con el objetivo principal: llevar a Chile al Mundial.

Si bien ante los ojos de los hinchas y seguidores del fútbol chileno este ha sido un mal año, desde la ANFP ven un 2017 positivo, en que se logró sacar al organismo de la UTI pos era Jadue. Aunque saben que todavía queda mucho por hacer.

Caso Facturas

A pocas horas de que el diario La Tercera publicara que la ANFP aceptaba facturas a su nombre en viajes de familiares de directivos, se generó una reunión exprés entre la agencia Giratur y ejecutivos del organismo. En esa instancia, que duró menos de una hora, la asociación se enteró de que estaban demandados por deudas que se arrastraban de la administración de Sergio Jadue, lo que enredaba aun más el escenario actual que estaban viviendo.

Fuentes al interior de la ANFP afirman que no fue hasta el martes en la noche que lograron despejar el origen y trazabilidad de las cinco facturas hoy cuestionadas por traslado y alojamiento, las que fueron cargadas a nombre de la asociación cuando debían haber sido facturadas a nombre de los directivos, en este caso del presidente del organismo, Arturo Salah, del secretario general, Sebastián Moreno, y del tesorero, Aldo Corradosi.

Las facturas emitidas a nombre de la ANFP para viajes de familiares de directivos instaló un manto de dudas en la administración que lidera Arturo Salah.

Este hecho instaló de inmediato un manto de dudas en la administración actual que ha logrado teñir lo que esperaban fuera un fin de año intachable en al menos temas administrativos. “Para nosotros es un muy buen año y esto nos pareció mal, corresponde a errores administrativos que no debieron haber ocurrido, pero que dan cuenta que todavía estamos en una etapa de mejoras de proceso. A la gente se le olvida que aquí recibimos una cosa en ruinas”, afirma el gerente general Claudio Tessa, quien agrega: “No nos gustó, pero tampoco es algo que nos quite el sueño. No es que tengamos que reconocer que hay un gran problema en la parte administrativa. Fueron un par de errores, pero no es más que eso”.

 

Santiago Wanderers vs Colo ColoCuando Salah y su equipo asumieron en enero del año pasado, la ANFP arriesgaba perder su personalidad jurídica y estaba con una orden de demolición del edificio institucional por parte de la Municipalidad de Peñalolén. Esto, para uno de los directivos más jóvenes, el abogado Juan Carlos Silva, era el claro reflejo del estado en que se encontraba el organismo. “Eclipsados por el resultado deportivo de la selección, no habíamos dimensionado que esto se estaba administrando, con el respeto que me merece el quiosco de la esquina, peor que un quiosco”.

Si bien la administración actual ha desarrollado un sistema de auditoría regular a sus procesos, llamó la atención que, por ejemplo, una de las facturas, con fecha de diciembre del año pasado, no haya sido identificada justamente en la fiscalización de externos. Desde la ANFP aseguran que probablemente estas discordancias habrían saltado a fin de año, con el cierre de las auditorías que se encargaron en mayo para los fondos a rendir, los viáticos y las entradas de cortesía, entre otros asuntos.

La falta de DT para la selección chilena genera tensiones dentro de la ANFP. La única certeza es que de cara al amistoso con Suecia en marzo de 2018 la selección tiene que contar con un cuerpo técnico.

Al interior de la asociación no existe claridad absoluta del origen de la relación contractual con Giratur. Lo que saben es que al llegar Salah se le adeudaban a la agencia cerca de $900 millones, sin embargo esto no fue impedimento para que la empresa estuviera disponible para seguir trabajando. “Ellos (Giratur) tuvieron la mejor voluntad de hacerlo. Me pareció fantástico y establecimos un plan de pago y fuimos cumpliendo. La última cuota debe haber sido en abril de este año. La relación durante el año y medio fue normal y estos casos siempre pensé que podían haber sido revisados en el día a día con el gerente de finanzas”.

La ANFP lleva al menos ocho meses trabajando con el Consejo de la Transparencia para desarrollar plataformas de transparencia activa y pasiva, las cuales esperan implementar a partir del 2018. En paralelo a este plan, y dada las circunstancias, se determinó revisar el funcionamiento del área de viajes e instalar la figura de oficial de cumplimiento, que vela para que no se caiga en conflictos de intereses y por el respeto de las normas y estatutos, más la figura de un contralor interno.

Pese a las señales de probidad que ha dado el actual directorio, existen voces al interior de la ANFP que consideran que el descrédito de Salah va más allá del caso facturas. Apuntan a que en los últimos meses ha evidenciado una falta de muñeca política para abordar temas netamente deportivos, como es la búsqueda de un Plan B, dado que la selección no clasificó para Rusia 2018, la falta de un cuerpo técnico hace casi dos meses, la ausencia de fechas exactas para el inicio del campeonato del próximo año y la dilatada negociación por la venta del CDF.

Sin cuerpo técnico

Existe demora o precaución en la búsqueda del director técnico de la selección chilena. Esa es hoy la principal duda instalada en la ANFP. La única certeza es que de cara al amistoso en marzo de 2018 con Suecia, la selección tiene que salir a la cancha de la mano de un cuerpo técnico definitivo.

De la ANFP argumentan que esta vez la decisión no es obligadamente perentoria, como lo fue cuando salió Sampaoli, sino que se están tomando los tiempos necesarios para dar con un nombre que satisfaga sus necesidades.

“Tenemos la suerte de tener como presidente a un ex técnico de la selección que salió en tercer lugar de la Copa América. También nos da una garantía que a la hora de tomar una decisión nuestro presidente tiene experiencia más acabada”, dice Silva, quien agrega que el DT debe cumplir con ciertos criterios: “Que se acople al plan estratégico que tenemos, que desarrolle una política integral con las selecciones menores, que tenga trayectoria y respaldo de triunfo. Estamos trabajando de manera ordenada, de manera que no circulen nombres que generen expectativas innecesarias”.

Fuentes cercanas a la ANFP son críticas respecto a los tiempos y a los métodos para dar con el DT de la selección: “Aquí demuestran que tienen poco rodaje de negocios. Una institución como la ANFP debe estar preparada para que le vaya bien y mal. Y tenían que tener un Plan B. No pueden decir que nos pilló de improviso que no íbamos a clasificar. Es falta de conocimiento del negocio y del fútbol de hoy”.

Definiciones por el CDF: Se espera tener claridad en diciembre sobre la oferta que corre con más ventaja para administrar los derechos del fútbol por al menos la próxima década.

En el aspecto deportivo, otro ámbito que se critica es la falta de certezas sobre la programación del próximo torneo largo. En 2018, en vez de contar con un torneo de apertura y de clausura, existirá sólo uno. Y si bien este fue aprobado en el consejo de presidentes de la ANFP, hasta ahora no se ha dado a conocer el detalle de la programación, lo que genera cierta incertidumbre en los dirigentes.

Silva, al igual que Tessa, afirma que incluso desde el punto de vista deportivo este también ha sido un buen año. “Sacando la selección, a nivel de campeonato logramos aprobar un torneo largo, en el que será más efectivo para los clubes al tener un presupuesto de mediano y largo plazo, más entendible para la gente y que esté de acuerdo a los torneo a nivel de Conmebol. En enero logramos clasificar con una Sub-17 a un Mundial y logramos la Copa América femenina. Hay una serie de aspectos que creo que son positivos y resumo: este año logramos salir de la UTI”, explica Silva.

Fuentes vinculadas a la ANFP acusan que el cambio de campeonato ocurre en un minuto clave en la negociación por la venta del CDF y que el perder la tensión de un campeonato corto puede afectar el valor de los derechos del fútbol.

Negociación por el CDF

Las dudas que por estos días cayeron sobre la administración de Salah, son más recurrentes en las tratativas por el CDF. Hasta ahora se conoce que existen cuatro ofertas y ha trascendido que corresponderían a las cadenas Fox Sports, Liberty, Turner y el Fondo City Venture Capital. Son estas las que se encuentran en carrera por quedarse con el canal que, se estima, tiene un valor de al menos US$1.000 millones, pero se desconocen los detalles de la operación detrás de la ANFP para ceder la administración de los derechos del fútbol a un tercero.

Algunas de las dudas que existen respecto a la negociación es la cantidad de años del contrato. Se habla de rangos de 10 a 15 años, pero no existe a priori una definición, como tampoco se conoce si luego que termine el contrato, los abonados del CDF quedarán en la nómina de un tercero o se devolverán como un activo al fútbol chileno.

Respecto a los montos que se espera recibir por el CDF, existe claridad del piso mínimo que debiesen haber ofertado los interesados, cercano a los US$ 330 millones, considerando los US$ 2 millones que se tiene que desembolsar de inmediato a cada club, más la parte que le corresponde al empresario Jorge Claro por el 20% que tiene del CDF y que bordea los US$ 260 millones. En esta línea, un alto dirigente de la ANFP acusa: “Hay gran cantidad de clubes con problemas económicos. Con la venta del CDF le solucionan el problema de corto plazo, pero tienen que seguir siendo viables y no se sabe qué pasará con ellos, si tienen que seguir endeudándose o no contra el dinero que eventualmente pueden recibir del CDF”.

Durante las próximas semanas la comitiva a cargo de la venta del canal seguirá evaluando cuál es la oferta más conveniente. Se espera tener durante diciembre claridad sobre la carta que corre con más ventaja, aunque este proceso será de largo aliento, sobre todo considerando que esta operación deberá pasar el filtro de la Fiscalía Nacional Económica, lo que puede dilatar aun más la venta. Mientras, los clubes siguen ansiosos por conocer quién será el que firmará el cheque y así mirar el 2018 con mayor certeza de la que tienen a un mes de despedir el 2017.

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