El hijo menor del presidente electo, Cristóbal Piñera, sufrió el domingo pasado el costo de cultivar un bajo perfil. Vestido de jeans, zapatillas y polera, el futuro sicólogo de la UDP no fue reconocido por el personal de seguridad apostado en el Crowne Plaza. Poco antes del primer cómputo oficial, se disponía a entrar a la sala de prensa, cuando un hombre corpulento, ubicado en la puerta de acceso, le prohibió el ingreso. En el momento en que el guardia se aprestaba a solicitarle una credencial, otro funcionario de seguridad se acercó para decirle: "Déjalo entrar. Es el hijo de Sebastián Piñera". Una situación similar vivió mientras intentaba tomar uno de los ascensores del hotel que llegaban al piso 22, donde estaba su padre. Otro guardia no quería dejarlo subir. En ambas ocasiones, el estudiante prefirió guardar silencio.