Las críticas del senador Andrés Allamand a la falta de experiencia política del futuro gabinete de Sebastián Piñera causaron profunda molestia en el entorno del presidente electo. Pese a que en privado varios comparten el diagnóstico del parlamentario, se consideró un error la forma en que expresó sus diferencias. El impasse, sin embargo, no sorprendió a quienes han sido testigos del distanciamiento entre Piñera y Allamand durante los últimos meses de la campaña. Cercanos a ambos cuentan que los problemas comenzaron en septiembre, tras el primer debate presidencial, ya que el senador RN atribuyó parte de la responsabilidad en el mal desempeño del candidato al generalísimo de la campaña, Rodrigo Hinzpeter. Ello habría provocado una fuerte discusión entre el brazo derecho de Piñera y el senador. A fin de año, de acuerdo a estas versiones, Allamand dejó  el comité estratégico del comando por una discrepancia con Piñera en la discusión que generó la creación del cargo de jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. Mientras el futuro presidente era partidario de postergar el tema, Allamand se mostró proclive a respaldar en el Senado esta iniciativa de Bachelet. Pero el factor que terminó por enfriar el vínculo fue la frustrada aspiración del parlamentario de convertirse en el canciller de Piñera. Quienes conocen la relación histórica entre ambos, aseguran que las causas de su conflictivo nexo radican en la fuerte personalidad de los dos y en que ninguno haya querido renunciar nunca a su agenda propia.