Por quepasa_admin Julio 23, 2010

Gracias a que estaban bien almacenados, sobre todo en toneles de nobles maderas, que sólo "danzaron" con el movimiento sísmico,  los vinos que más y mejor resistieron el terremoto de febrero fueron los reserva. Las grandes pérdidas se evidenciaron en los caldos más nuevos, que se venden a granel para exportación, y eso permitirá que el año no sea tan malo para algunos viñateros como se pensó en un principio.

Según fuentes de la industria, el sector registró daños por unos US$ 350 millones debido al terremoto, por la destrucción de bodegas y maquinarias, además de la pérdida de unos 300 millones de litros desde las cubas o piscinas donde estaban guardados. La cuenta incluye lo que se dejó de percibir durante los días en que el sector estuvo paralizado por réplicas, falta de caminos de acceso o materiales para reconstruir. En Casa Lapostolle, por ejemplo, los reserva de la bodega del valle de Colchagua se salvaron porque aún estaban en los toneles, a la espera de la llegada de las botellas, que venían retrasadas desde su fábrica.

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