Convertido en el máximo adversario del magnate brasileño Eike Batista está el ex ministro del Interior Carlos Figueroa. Su estudio representa a los opositores al proyecto Termoeléctrica Castilla, que esta semana lograron paralizar la votación de la Corema de Atacama para decidir sobre su construcción.

Figueroa representa a la familia Domínguez -de Copiapó-, que lidera el rechazo a la iniciativa, el segundo mayor proyecto energético del país después de HidroAysén y el mayor complejo termoeléctrico de Sudamérica, con seis centrales, una planta desalinizadora y hasta un puerto en la zona Punta Cachos, en la comuna de Caldera. La familia Domínguez, cuyos terrenos se verán directamente afectados por el proyecto, ya que colindan con las obras, es liderada por el arquitecto y ambientalista Gonzalo Domínguez, quien desde hace hace algunos años se radicó en la zona.

El martes, la Corte de Apelaciones de Copiapó decretó una orden de no innovar sobre Termoeléctrica Castilla, dejando paralizada su construcción hasta que el mismo tribunal resuelva sobre las reclamaciones de vecinos y comunidades de la zona, presentadas en contra de este proyecto, que supone una inversión de US$ 4.400 millones.

Y el miércoles la propia Corema de la Región de Atacama decidió suspender el estudio de impacto ambiental del proyecto, lo que deja momentáneamente sin efecto una resolución anterior que manifestaba que el proyecto no era contaminante. En contra de la iniciativa también se han manifestado algunos parlamentarios de la zona, como el diputado Alberto Robles y la senadora Isabel Allende.