En pleno proceso de análisis están los ejecutivos de Brooks. La próxima semana decidirán si participarán o no en la licitación que determinará qué empresa vestirá a la selección chilena hasta el 2015.
El pasado 15 de julio, la ANFP notificó por carta a Forus -dueña en Chile de la marca Brooks y ligada a la familia Swett- la decisión de adelantar el fin del contrato que dicha compañía tenía con el ente rector del fútbol. Originalmente, se extendía hasta el 2019. Pero su expiración se adelantó para el 31 de julio.
A los pocos días de este episodio, la ANFP abrió el proceso de licitación y le documentó a Forus un cheque por US$ 2,5 millones a Brooks. "El monto equivale al derecho de llamar a licitación. ¿Por qué?, sería una manera de indemnizarlos por el cese anticipado del contrato", dice una fuente que ha conocido el proceso. La multa debe ser cancelada a fin de año.
De todas maneras, Brooks decidió conocer las bases de la nueva licitación. Así que los representantes de la compañía compraron las bases -costaban cerca de 200 UF- para saber en qué consistía el concurso.
La firma deportiva evalúa hoy si se hará parte del proceso o si desistirá. La oferta no deja de ser tentadora por el éxito que ha tenido la venta de los productos asociados a la selección: luego del Mundial, los hinchas agotaron todos los artículos relacionados con "la Roja". Por ello, además de Brooks, Puma ya se entusiasmó y compró las bases, mientras que Adidas, Nike y Umbro lo harán en los próximos días. El 6 de agosto se dará a conocer el ganador.