"Mamá, me andan buscando... y me van venir a buscar". Era noviembre de 1974, cuando el militante del MIR Carlos Eduardo Guerrero Gutiérrez, uno de los cinco hermanos de Ignacio Gerrero -amigo íntimo y ex socio de Sebastián Piñera en CMB Prime y en LAN- le informó a su familia lo que estaba seguro que ocurriría con él. Un mes después, el 31 de diciembre, fue detenido por la DINA y pasó a ser parte de la lista de detenidos desaparecidos del régimen militar. Tenía 20 años.
Carlos era el tercero de los seis hermanos Guerrero Gutiérrez y el único de izquierda de la familia. Al momento de ser detenido, estudiaba Historia en la U. de Chile y había egresado sólo dos años antes del Verbo Divino.
Pocos días antes de su desaparición, su familia estuvo con él en el cumpleaños de una tía y luego para la Navidad: esa noche -recuerda Ignacio Guerrero- sus padres y hermanos salieron de su casa en Vitacura y celebraron en otro lugar para que Carlos pudiera ir: estuvo un mes y medio escondido hasta que lo detuvieron.
"Según sabemos, a Carlos lo sacaron de Villa Grimaldi unos 20 días después de su detención", cuenta Ignacio Guerrero, quien recuerda que su padre, Mariano Guerrero Santa Cruz, lo buscó por muchos centros de detención.
Además, el recurso de amparo que presentó el padre de Guerrero fue rechazado por los tribunales. En 1975, insistió con una querella contra la DINA, sin obtener resultados. Paradojalmente para la familia -compuesta por dos mujeres y cuatro hombres; entre ellos Mariano Guerrero, gerente de finanzas de El Mercurio-, mientras interponían las acciones legales, el presidente de la Corte Suprema era un tío, el ministro Enrique Urrutia Manzano.
"Carlos Guerrero permaneció detenido en Villa Grimaldi y desde ese recinto fue sacado aproximadamente el día 25 de enero de 1975, en muy malas condiciones físicas, como consecuencia de sus heridas y la tortura. No se volvió a verlo ni a saber de él", dice un informe de la Vicaría de la Solidaridad. No es todo. Su amigo Manuel Cuadra Sánchez, quien estuvo detenido con él, declaró que tenía "las heridas a bala infectadas, se le había aplicado corriente en ellas".
Hoy, el caso de Carlos Guerrero -quien tendría 56 años, uno menos que su hermano Ignacio- es investigado por el ministro Alejandro Solís y es parte de las causas que tramita el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior. Por su desaparición ha declarado el ex director de la DINA el general (R) Manuel Contreras, además de los ex agentes Miguel Krassnoff Marchenko, Marcelo Moren Brito y Fernando Laureani.