Revuelo causó la visita de Marcelo Bielsa entre los clientes del restorán "La Tecla". Quienes asistieron la noche del 9 de agosto a este lugar situado cerca de la Plaza Ñuñoa no daban crédito a la presencia del DT, un personaje conocido por llevar una vida solitaria en Juan Pinto Durán. Pasadas las nueve de la noche, el argentino llegó vestido con su tradicional buzo deportivo, en compañía de dos amigos. Mientras conversaban animadamente, el grupo pidió primero una tabla de salame español y una botella de vino tinto. Luego, Bielsa se inclinó por un contundente panqueque de espinacas como plato de fondo. Después de casi dos horas, cuando abandonaba el lugar, el entrenador aceptó fotografiarse con todas las personas que se lo solicitaron. Así fue como posó junto a la cajera, los garzones, chefs y los dueños del restorán.