Después de 20 años de estructuras de poder consabidas, la alternancia tenía que agitar las calmadas aguas del país concertacionista. El calado de los cambios aún está por verse: si es maquillaje, lifting o cirugía.
El entonces candidato y su equipo, en medio de la campaña, dieron señales inequívocas de que intentarían huir del lugar común del gobierno de centroderecha. Tal como Cameron en Inglaterra o Aznar en España. La evocación del gobierno de Aylwin que hizo Piñera o la relación con los empresarios esbozada por Rodrigo Hinzpeter, permitían, por esos días, aventurar un libreto político singular.
La decisión del presidente de actuar personalmente para impedir que una termoeléctrica se instalara en Punta de Choros sorprendió al mundo empresarial. Para mal. Y también a Douglas Tompkins. Para bien.
Eso ya revela un movimiento en el tablero.