La ex presidenta Michelle Bachelet viajó a Nueva York sin sus escoltas de seguridad chilenos. Y también sin un asesor que la ayude en sus labores domésticas. Su solitaria partida refleja el interés que ella  manifestó de llevar una vida lo más normal posible en Manhattan, donde ejercerá su cargo como secretaria general adjunta para ONU-Mujer.

Ella decidió, además, vivir en pleno corazón de la Gran Manzana, a pocas cuadras de la sede de la organización internacional, pues su deseo es caminar como una ciudadana común y realizar algo de actividad física. En su entorno cuentan que ha visitado varios departamentos de ese barrio diplomático, en compañía de Pamela Quick, la señora del subsecretario general de la ONU y director regional del PNUD, Heraldo Muñoz. Sin ir más lejos, uno de los inmuebles que más le han gustado se ubica en el moderno edificio de 39 pisos donde reside el matrimonio chileno. Situado cerca de la Primera Avenida, éste consta de un pequeño living-comedor y de dos dormitorios, espacio que ella considera suficiente para recibir a su familia y amigos.

La ex presidenta recién retornará a Chile en diciembre para reunirse con sus hijos y resolver algunos asuntos pendientes de la Fundación Dialoga, como sus fuentes de financiamiento. Hasta antes de asumir su nuevo cargo, Bachelet aportaba el 100% de los recursos para la entidad gracias a las exposiciones que hacía en congresos internacionales. No obstante, por sus nuevas funciones en la ONU, está imposibilitada de percibir ingresos por actividades adicionales, por lo que el centro de estudios podría enfrentar problemas económicos.