Hace una semana, y luego de 25 años en la empresa, Reinaldo Solari abandonó la presidencia de Falabella. Pero no su oficina. En su última día en la empresa, el patriarca del clan Solari Donaggio -quien cedió su cupo en el directorio a su hijo menor, Carlo- se dedicó a ordenar su escritorio. Y le pidió a su secretaria Francisca que todo quedara intacto, ya que él volvería de vez en cuando al edificio corporativo, sobre todo cuando extrañara a la gente de la empresa. Por esa razón, en calle Rosas -donde se ubica la matriz de Falabella- mantienen todo intacto y ya se evalúa instalar una placa en la puerta de esa oficina, con el título "Presidente Honorario". En ese cargo, Solari podría participar en las reuniones del comité ejecutivo, que cada fin de mes revisa los pasos que el grupo da en el área de retail.