El Movistar Open, el torneo de tenis profesional más importante de Chile, terminó el domingo pasado con un saldo decepcionante: ningún chileno pasó la primera ronda. Y el escenario amenaza con repetirse. Después de González y Massú no aparecen tenistas nacionales que puedan pelear el título o convertirse en figuras que atraigan público. Por eso, al interior de Movistar especulan que está difícil que la empresa siga auspiciando el campeonato que patrocina desde 2005.
Asimismo, comentan que Movistar estaría reformulando su estrategia de auspicios deportivos: la idea es apostar a los deportes outdoors, donde, aseguran, Chile tiene figuras con talento. Estar presente en estas disciplinas, consideran, le da mayor visibilidad a la marca en el segmento de los profesionales jóvenes -que son quienes practican deportes como surf, rugby y kitesurf-, grupo donde se encuentra un buen porcentaje de sus clientes. Los dos casos más evidentes de esta tendencia son el raidista Francisco "Chaleco" López y el motociclista Jeremías Israel. En la misma línea, la empresa oficializará pronto su nuevo rostro deportivo: Ramón Navarro, un surfista de Pichilemu que con 31 años ha llegado a ser el séptimo del mundo. Navarro es profesional desde 2005, pero su gran salto lo dio en 2010: participó en un torneo en Hawái donde sólo se corrían olas de más de 10 metros. Terminó quinto, pero además recibió un premio por surfear la ola más grande del torneo.