En Manquehua, un  pequeño pueblo ubicado al  interior de Combarbalá y que forma parte de los lugares donde más  ha afectado la sequía,  hay  un  secreto a voces: que el campesino Juan Domingo Alfaro (en la foto) es de los pocos de la zona que tiene agua en su pozo para mantenerse  y regar. A diferencia de los  700 habitantes de la calurosa localidad -en verano el termómetro  supera los 33 grados a la sombra-, Alfaro no depende del camión  aljibe que va dos veces por semana. Su situación es otra.

Nacido hace 80 años, vive  en una pequeña parcela en lo alto de Manquehua, una zona donde lo único verde que esporádicamente  se ve son cactus. Salvo una excepción: su patio. Esta característica le ha valido el título de "el buscador de agua", pues es experto en la popular técnica llamada "radiestesia". Por años, ha utilizado una varilla de palqui y un péndulo, que indican -asegura- dónde están las venas de agua bajo la tierra.

Su técnica lo ha blindado de la sequía que afecta al norte hace cuatro años, pero especialmente desde octubre pasado. El pozo de su casa, que construyó gracias a lo que le indicó la varilla de palqui  hace seis años, está lejos de secarse, justamente la amenaza que tienen sus vecinos. Y aunque se le han muerto algunos árboles, aún mantiene un huerto que parece un lunar verde en medio de un terreno amarillento y seco. También se luce con un enorme arbusto de tunas que mide más de dos metros de altura y 1,5 m de ancho, que plantó hace más de 35 años en sus tierras.

Es su pequeño oasis el que lo ha destacado en su pueblo. Pero lo ha hecho su "don". Alfaro relata que por más de 50 años ha prestado sus servicios en todo el país. "He encontrado venas de agua en una parcela de los Ariztía y también para Capel", afirma.

Sin embargo, nadie es profeta en su propia tierra: Alfaro cuenta que Manquehua está construido sobre piedra, por lo que las norias difícilmente se pueden profundizar. Aun así, los vecinos escuchan sus consejos. Es el caso de Ricardo Peralta, presidente del Comité de Agua Potable Rural del  pueblo y Carlos Indo, a quienes ya les dio las coordenadas del lugar donde deben cavar.