Hubo un pequeño detalle en la visita de Sting a Chile. Nadie se detuvo a analizar quién fue su chofer. No era una persona cualquiera. Se trata de Pablo Lewin, socio de la corredora de Bolsa Munita, Cruzat & Claro. El ejecutivo es un fanático del cantante inglés, a tal punto que desde hace años tiene una banda tributo de The Police, conocida como De Cops, donde él es vocalista y bajista. Lewin, durante tres días, y desde que Sting aterrizó en Santiago, condujo al artista. El arreglo lo hizo su amigo, el empresario Ignacio González, dueño de Precisión, director de importantes compañías y cercano al presidente Piñera y a artistas como Beto Cuevas. ¿La rutina? El jueves 24, pasadas las 20 horas, Lewin lo pasó a buscar al aeropuerto para llevarlo al hotel Enjoy, en Viña del Mar. Lo que le llamó la atención: el artista apenas cruzó palabra durante todo el camino, ni siquiera con sus asistentes, y le pidió especialmente que apagara la música del auto. Esta actitud parca no permitió mucha interacción: sólo al final de la visita del cantate británico, Lewin pudo explicarle su fanatismo por The Police. Lo que sí pudo es "hacer que Sting no se olvidara de Chile": fue el mismo ejecutivo quien rescató las dos antorchas y gaviotas que Sting olvidó al lado del escenario.