Por quepasa_admin Abril 7, 2011

Su presentación fue una de las más comentadas del seminario sobre comunicación de la Iglesia, organizado esta semana por el DUOC y la Conferencia Episcopal. Y es que el sacerdote y periodista español José María Gil Tamayo, designado por el Papa Benedicto XVI como asesor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, expuso un crudo diagnóstico sobre la forma en que la institución difunde hoy su mensaje en los medios masivos. Esto,  en medio de la polémica por las denuncias de abusos cometidos por sacerdotes chilenos. "Tenemos que hacer un cambio de mentalidad", dijo, precisando que se debía "sacar a la Iglesia de las páginas policiales" y hacer "más atractivo" el mensaje cristiano. "La Iglesia habla, explica, afirma, enseña, pero muchas veces no comunica", es su reflexión.

- ¿Cuál es su diagnóstico de la forma en que hoy se comunica la Iglesia?

- Creo que nos hace falta vender el producto. Vivimos en una paradoja: si no se vende, se cae, se desactiva.

- ¿Qué rol juega hoy día la institución con respecto a los medios?

- En un universo donde hay una multitud de emisores, estamos como uno más. Llevamos más tiempo que nadie: dos mil años. Pero también tenemos que aprender que no tenemos la exclusiva. Hay que hacer un esfuerzo comunicativo mayor: no sólo anunciar y con eso quedarnos tranquilos, sino que comprobar la eficacia de nuestros mensajes. Si se ha enterado la gente, si han calado. Yo creo que a veces hemos dado por supuesto que sí, y no se han enterado. Y a veces no es que se opongan: es que no nos entienden.

- ¿Cómo se puede lograr cambiar eso?

- Hoy la comunicación es enormemente compleja, y gran parte de nuestro trabajo consiste en comunicar. No hay que confiar sólo en la fuerza del mensaje, sino hacerlo entendible a los hombres y mujeres de hoy con su lenguaje, con su lógica y con los soportes que ponen a nuestra disposición las nuevas tecnologías. Por eso, hay que formar a la gente, a los sacerdotes y a los obispos en ese tema.

- ¿Existe conciencia de esa necesidad  en el Vaticano?

- La Iglesia está percibiendo cada vez más que la comunicación no sólo afecta a la manera de transmitir su mensaje, sino también a la manera de gobernar. El gobierno de la Iglesia exige cada vez más estrategias de comunicación para hacer comprensible a los fieles y a la sociedad por qué toma determinadas decisiones.

- El hecho de que el Papa Benedicto XVI haya pedido perdón en reiteradas ocasiones en el tema de los abusos sexuales de sacerdotes, ¿es una muestra de esta visión?

- Veamos: uno comunica por mensajes, por discursos y por símbolos. Por ejemplo, cuando el Papa Juan Pablo II visita en la cárcel a Ali Agca, eso vale más que una encíclica.

- ¿Cómo deben manejarse las autoridades ante las denuncias sobre abusos?

- La Iglesia tiene una cultura del silencio, del secreto, del misterio, que forma parte de la historia de las religiones. Hay que superar ello: hoy estamos obligados a ser especialmente sensibles a la transparencia. Yo creo que Benedicto XVI ha dado ejemplo y ha puesto toda la maquinaria de la Iglesia en esta línea.  No podemos hacer mártires, pero siempre  hay que mantener la transparencia, la justicia, empezando por las personas perjudicadas, y  la caridad con todos, porque ése es un distintivo de los cristianos al que no podemos renunciar nunca.

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