Hay ausencias que dicen mucho. Y la de los coroneles de la UDI en el estreno de Guzmán, el viernes pasado en el Campus Oriente, dejó en claro la poca simpatía que genera en la tienda gremialista la polémica obra.
Pese a haber recibido invitaciones, dirigentes como Juan Antonio Coloma argumentaron estar sobrecargados de trabajo. Otros, como Víctor Pérez y Jovino Novoa, privilegiaron sus compromisos fuera de Santiago. Hernán Larraín, por su parte, dio las entradas a una de sus hijas para que lo representara, agotado por la extensa jornada laboral del día anterior. Tampoco llegaron Andrés Chadwick y Pablo Longueira.
En la UDI esgrimen que no causa gracia la forma en que la obra aborda las relaciones en la familia Guzmán, bajo la mirada crítica de Ignacio Santa Cruz, uno de los sobrinos del senador asesinado.