La semana pasada, al igual que todos los años, los miembros de la sociedad Mont Pelerin se reunieron para debatir temas de economía y liberalismo político. Según varios de los asistentes, uno de los puntos álgidos de la asamblea -que tuvo lugar en Buenos Aires- ocurrió el martes 19. Ese día el economista Gary Becker realizó una exposición a través de una videoconferencia. Una vez finalizada su presentación, tres miembros de la organización -de Perú, Argentina y Chile- debían entrevistar a Becker públicamente. De Chile, Carlos Cáceres, ex ministro de Hacienda, era quien debía hacer las preguntas. Muchos pensaron que Becker hablaría sobre economía y capital humano, uno de los temas de su expertise. Pero no fue así. El premio Nobel planteó la idea de despenalizar el consumo de drogas. Cáceres no disimuló su desconcierto con la hipótesis del economista. Primero, le dijo que para comprender su teoría faltaba desarrollar tres aspectos: lo moral, lo político y lo económico. "Desde el punto de vista moral, le pidió que profundizara diferencias de lo bueno y lo malo; desde la mirada política, cuál era su viabilidad, y con respecto a lo económico, su costo y su beneficio", indica uno de los presentes.
Luego, Cáceres le pidió a Becker que profundizara su idea, considerando sus conocidos textos sobre capital humano, familia y educación, indica uno de los presentes. La respuesta de Becker no convenció al ex ministro. El norteamericano aseguró que el tema moral es un juicio de valor, y que lo positivo de despenalizar el consumo de estupefacientes es que como consencuencia inmediata disminuiría la drogadicción. "Según Becker, considerar la drogadicción como un delito dificulta la posibilidad de rehabilitación, pues nadie se quiere declarar delincuente", explica un miembro de la organización.
Además de Cáceres, otros asistentes al seminario fueron el economista Sebastián Edwards; el presidente del directorio de TVN, Leonidas Montes; el director de Libertad y Desarrollo; Luis Larraín; el subdirector del CEP, Harald Beyer; el ministro Cristián Larroulet; el escritor Jorge Edwards; y los historiadores Ángel Soto, Lucía Santa Cruz y Claudio Véliz.
