Una mañana de contactos frenéticos tuvo el viernes pasado el presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma. Apenas faltaban unas horas para el consejo directivo ampliado de la colectividad en las Termas de Cauquenes, y el senador intentaba convencer a su colega Pablo Longueira para que postergara su intervención en el encuentro, programada para esa noche. El motivo era que el presidente Piñera había confirmado su asistencia para la jornada, e incluso su participación en la posterior cena con el resto de los asistentes. La visión de Coloma era que podía ser inconveniente que lo que ya se anticipaba como un crudo diagnóstico del ex presidente de la UDI coincidiera con la exposición de Piñera.
Tras escuchar los argumentos, Longueira acató la decisión. De hecho, llegó tarde al encuentro. No cruzó palabra con el mandatario en la comida y tampoco se quedó a compartir con el resto de los dirigentes UDI en la fiesta y karaoke que tradicionalmente amenizan el evento, y que esta vez duró hasta las 4 A.M. En vez de ello, se retiró a afinar la exposición que presentaría el sábado.
Al día siguiente, la historia es conocida: Longueira remeció a los asistentes con su crítica visión del gobierno. Varios de los presentes aseguran que el momento que encendió al consejo fue cuando expuso en su PowerPoint los correos privados que él había enviado a Piñera haciéndole notar sus críticas. Tras la exposición, Longueira se cuidó de un detalle: retiró personalmente el pendrive en que había llevado su presentación y pidió que se eliminara todo rastro físico de ella en el computador usado en el cónclave.