En las oficinas de LAN el ajetreo no ha parado. Tanto sus abogados (Estudio Claro y Cía.) como los controladores de la compañía analizan una decisión que será clave para concretar su fusión con la brasileña TAM: acudir o no a la Corte Suprema para pedir la reconsideración de algunos puntos del fallo emitido el miércoles 21 por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).
Entre las condiciones que incomodan por sus implicancias económicas y manejo de rutas están la limitación en el uso de códigos compartidos (incluyendo la obligación de permanecer en la alianza OneWorld) y la liberación de frecuencias a Lima. El fin de semana el trabajo será arduo entre los abogados José María y Cristóbal Eyzaguirre y los hermanos Cueto, quienes decidirán si el lunes 3 apelan o no a la decisión. Justo encima del plazo estipulado para presentar alguna observación ante la Corte. Los abogados tienen listos todos los antecedentes necesarios para una apelación. En la industria consideran que haberle solicitado al TDLC corregir ciertos cálculos que se incluyeron en el fallo es una señal de que están dispuestos, incluso, a demorar la fusión con tal de que reconsideren ciertos aspectos. En cualquier caso, en el directorio que se realizó el martes quedó claro que la definición pasará por la familia chilena, que cuenta con luz verde de sus pares brasileños, los Amaro. Ello, pese a que algunos directores consideraran que acudir a la Suprema podría afectar la imagen de la línea aérea. Tal es la relevancia que ha tomado este asunto, que el fundador de LAN, Juan Cueto, asistió al directorio del martes, con el fin de revestir de mayor seriedad a la discusión. En paralelo, el equipo jurídico de PAL Airlines -el mayor opositor a la fusión-, liderado por el abogado Dante Garreto, también trabajará durante el fin de semana para definir si acuden a la Corte Suprema a pedir la revisión del fallo del TDLC.
Cercanos a LAN añaden que un de las opciones que analiza la empresa mientras tanto, es si es posible mover su HUB (terminal de intercambio de pasajeros) de Lima hacia el norte, específicamente a Colombia, donde en pocos meses la firma chilena ha ganado una importante posición tras la compra de la aerolínea Aires. Aunque allí las complicaciones están dadas por la ardua competencia con las compañías estadounidenses y centroamericanas.