La quiebra de la central termoeléctrica Campanario y el inminente ingreso en la misma categoría de Tierra Amarilla S.A. dejaron al descubierto una nueva estrategia adoptada por la superintendenta de Quiebras, Josefina Montenegro (en la foto): crear equipos de trabajo para fiscalizar paso a paso la administración de dichas empresas. En el caso de Campanario, el grupo está integrado, entre otros, por las abogadas Úrsula Retamal y Alejandra Anguita, quienes envían reportes semanales de los avances. Todo con el objetivo de disminuir los extensos tiempos de duración de las quiebras, en promedio cuatro años, un punto que ha sido criticado por informes internacionales como Doing Business.