El miércoles 9 de noviembre Sebastián Piñera viajó a Iquique para participar en el ejercicio militar Huracán, organizado por el Estado Mayor Conjunto. Allí conoció los detalles de una noticia que golpeaba al sector público y privado: Anglo American bloqueaba la venta del 49% de la mina ex Disputada de Las Condes a Codelco, traspasándole el 24,9% de las acciones a la japonesa Mitsubishi. A raíz del impacto que generó esta acción, tras aterrizar en Santiago -cerca de las 20 horas-, el presidente partió a La Moneda para reunirse con el ministro de Minería, Hernán de Sominihac, su antecesor Laurence Golborne y representantes de Codelco.
A esa hora la CEO de Anglo, Cynthia Carroll -una de las mujeres más poderosas del mundo, según la revista Forbes-, aterrizaba en su jet privado en Santiago, con el fin de explicarles a las autoridades la decisión de la compañía.
Tras fallidos intentos de comunicarse con Piñera, Carroll (en la foto) telefoneó personalmente a la casa de Piñera en San Damián, donde fue atendida por la empleada particular de la familia, quien explicó que el mandatario no se encontraba.
Ante la urgencia de la ejecutiva, el recado de Carroll llegó rápidamente al presidente, quien consideró inadecuada la llamada a su domicilio.
Piñera pidió al ministro De Solminihac que se comunicara con Carroll, ya que al día siguiente viajaba a la cumbre del APEC en Hawái. Sabido es que tras ello De Solminihac se contactó con la ejecutiva, quien le habría dicho que no podía ir a su oficina y que sólo podía reunirse con él el jueves 10 entre 10.30 y 12:00, un rango demasiado estrecho y que imposibilitó efectuar la reunión. La CEO optó por realizar una ronda de entrevistas con medios locales, donde reiteró la idea de que no existió un diálogo de doble vía con el gobierno y se retiró del país sin reunirse con Piñera.