Incluso antes de que  el cónsul Juan Carlos Fernández sufriera un secuestro express y recibiera un impacto de bala en Caracas (en la foto), los funcionarios de embajadas ya habían manifestado su preocupación por la seguridad. Luego del atentado con una bomba en la embajada de Roma en diciembre de 2010, los diplomáticos enviaron una carta al presidente Piñera, solicitando aumentar en un 25% el presupuesto para este tema.

En Venezuela, el caso del cónsul no es el primer problema de delincuencia que han sufrido. Los funcionarios han sido víctimas de tres violentos robos. El último fue un asalto en una calle que la misma policía local había recomendado usar. "El nivel de inseguridad en ese país es impresionante y ha ido incrementándose paulatinamente", dice Francisco Devia, presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera. Con todo, Venezuela aún no está dentro de las que Devia califica como "embajadas complejas", como son Siria, Haití, Honduras y El Salvador. La Cancillería categoriza las destinaciones según calidad de vida de la letra A a la D, siendo esta última la que implica peor situación. Hoy, algunas de las embajadas que se encuentran en esa categoría son las de India, Kenia, Indonesia y las anteriormente nombradas Siria  y Haití.