"Por respeto a esta comunidad de estados latinoamericanos y caribeños, no me voy a referir a otros temas", respondió -la tarde del martes durante una rueda de prensa en la Cancillería chilena- el ministro de RR.EE. venezolano, Nicolás Maduro, respecto a la expulsión que cursó EE.UU. contra la cónsul general de Caracas en Miami.
Hecha la aclaración se paró de su asiento, se despidió de sus pares de Chile y Cuba y partió caminando raudamente rumbo a la puerta del edificio Carrera, pese a que al grupo lo esperaba un elegante coffee break en uno de los salones. Maduro, seguido de un par de asesores, recorrió la Plaza de la Constitución hasta llegar hasta al monumento del ex presidente Salvador Allende, frente al Ministerio de Justicia. Se paró al frente en silencio mirando fijamente la estatua durante varios minutos. Sorprendida, la embajadora venezolana en Chile, María Lourdes Urbaneja, llegó más tarde al lugar en busca de Maduro. "No me podía ir de Santiago sin conocer la estatua al doctor", le dijo.