La pelea entre Chilevisión y el Consejo Nacional de Televisión está lejos de terminar. Desde que la entidad reguladora multó al canal con 400 UTM, por las cuestionadas rutinas de humor de Óscar Gangas y Mauricio Flores, en el penúltimo Festival de Viña del Mar, la estación privada acudió a la Contraloría para revertir el fallo, esgrimiendo que el CNTV jamás multó a Mega, canal donde Flores hizo la misma rutina.
Después de seis meses, la Contraloría resolvió el caso, y lo hizo de manera salomónica: el canal debe iniciar un juicio en la Corte de Apelaciones si quiere revertir la multa y no acudir a la Contraloría.
La entidad fiscalizadora exigió que el CNTV haga público el informe sobre el cual basó la sanción, aceptando las pretensiones de CHV. Pero el organismo presidido por Herman Chadwick se opuso, aduciendo una autonomía histórica. Ante ello, el fallo de Contraloría fue lapidario: "El CNTV forma parte de la administración del Estado y está sujeto a la fiscalización de este organismo", siendo la primera vez en que la Contraloría se pronuncia sobre la legalidad de sus actuaciones.