El emblemático empresario Manuel Cruzat está ad portas de recibir la primera buena noticia tras la sucesión de acusaciones e investigaciones de las últimas semanas que han configurando una cuarta “caída” en su agitado historial de negocios. Y nada menos que de parte de un discípulo de su época de esplendor en los 80 y apoyo clave en años posteriores.

Curauma -megaproyecto inmobiliario en la V Región que es el principal activo de los Cruzat- se encuentra en la etapa final para su próxima adquisición por  el empresario Juan Hurtado Vicuña. Esto, luego que la cabeza de uno de los socios de Entel y controlador del grupo Consorcio, pasó a encabezar las ofertas por  el control de esta firma, que posee una de las reservas más importantes de suelo para la expansión urbana de Valparaíso.

Fuentes cercanas a la operación indicaron que las partes se encontraban afinando los términos del acuerdo, con la expectativa de cerrarlo al más breve plazo, agregando que el escenario más probable sea la adquisición completa de la sociedad. La venta busca asegurar la continuidad de Curauma, para lo cual se inició la búsqueda de un socio capaz de inyectar unos US$ 50 millones, operación asesorada por Paul Fontaine. También es una válvula de escape para Cruzat, luego que la Superintendencia de Valores suspendió a su corredora de bolsa CB acusándola de entregar información falsa al mercado, y de que su firma Capitales quedó en entredicho luego que su auditora BDO consignara diferencias en tasaciones de activos y cuentas por cobrar en su balance 2011. No sería la primera vez que Hurtado acude al rescate de Cruzat. En medio de otra crisis en 1996, este último se desprendió de la Isapre Cruz Blanca y los Hurtado fueron los compradores.