Hasta hace pocas semanas, el plan de La Moneda era aprovechar la visita de Dilma Rousseff a Chile como un evento especial, resaltando que la presidenta de Brasil tenía programado venir a Santiago en la segunda quincena de mayo, justo en medio de las conmemoraciones del aniversario 50 del Mundial de Fútbol de 1962, que se realizó entre el 30 de mayo y el 17 de junio de ese año y que ganó Brasil. La idea iba más allá: en Palacio querían que Pelé también asistiera a la cita, y se llegó a cursar la invitación a “O Rei”, aunque éste aún no ha confirmado su asistencia. Sin embargo, todo quedó en la incertidumbre cuando desde el palacio de Itamaraty, la sede del gobierno brasileño, informaron que la mandataria no vendrá para esa fecha. No sólo eso: lo que más inquieta en Cancillería es que Rousseff aún no tiene una fecha alternativa para su primera visita oficial al país, un periplo que ha sufrido varias postergaciones desde 2010. Hasta ahora sólo se ha informado que está concentrada en organizar la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, que se hará en Río de Janeiro entre el 20 y 22 de junio, a la que asistirá Sebastián Piñera. Y que el plan de Brasil es que Rousseff visite Chile y Perú en su próximo viaje.