El 6 y 7 de junio serán días que los presidentes de México, Colombia, Perú, Costa Rica y Panamá de seguro recordarán. Acostumbrados a celebrar cumbres y reuniones protocolares al interior de cuatro paredes de un hotel, este año Sebastián Piñera quiso innovar y dejar un grato recuerdo: la cuarta versión de la Cumbre de la Alianza del Pacífico, que aglutina a las naciones descritas, se realizará bajo las estrellas del desierto de Atacama.
El 6 de junio los mandatarios llegarán al Observatorio Paranal, ubicado a 2.500 metros sobre el nivel del mar. Ahí, además de firmar el acta que constituirá esta agrupación -que tiene como fin potenciar el desarrollo de las economías del Pacífico-, los jefes de Estado se alojarán en el hotel del complejo, mundialmente conocido tras las grabaciones de la última saga de James Bond.
Ahí, Piñera ha dispuesto, a través de su equipo de Cancillería y de La Moneda, de actividades nocturnas, para que los invitados puedan apreciar la inmensidad del cielo en Atacama, junto con visitas guiadas a los telescopios, operados por la agencia European Southern Observatory (ESO).
No obstamte, a días de celebrarse la cumbre, la avanzadaha debido sortear problemas de logística, como las distancias de traslado (los presidentes llegarán en helicóptero), las pocas horas de luz (el complejo apaga sus luces al atardecer), o la implementación de un gimnasio del cinco estrellas como un centro de convenciones para acoger el encuentro.