Veinte hectáreas de bosques tienen dividida hoy a Marbella. Los vecinos del recinto, controlado por las familias Lería, Swett, Moller y el fondo P&G Larraín, están molestos con los dueños del complejo por la tala de 11,07 hectáreas de árboles con el fin de construir más casas. Tras indagar en cómo se llevó a cabo el corte, se corroboró que fue autorizado por la Conaf, ya que las especies no estaban tipificadas como reservas forestales, al igual que otras nueve hectáreas que fueron taladas con los mismos fines. A esta molestia se suma la decisión de Marbella Chile de reforestar la misma superficie en un predio en Casablanca: los vecinos hubiesen preferido que la iniciativa fuera más cerca de sus casas y no a 100 kilómetros del recinto.