Benjamín Zander parece una estrella de rock, aunque lo suyo es la música clásica. Con 34 años al mando de la Orquesta Filarmónica de Boston, una de las más importantes a nivel mundial, el británico se pasea haciendo bromas por el escenario del edificio Telefónica -adonde lo ha ido a ver una multitud de empresarios y ejecutivos- como si fuera un talk show.
Y es natural que en su público haya más gente de corbata que artistas, porque de eso se trata justamente su charla: de inspirar con historias de orquestas a líderes que dirigen equipos en sus negocios.
“Hablo con el lenguaje de la música, que es universal”, dice Zander, desmarcándose de la etiqueta de gurú empresarial. “Las conexiones de cómo aplicar esas historias en sus empresas las hace el público”.
Dice eso, pero en su charla, llamada “Ojos brillantes” e inspirada en el best-seller que escribió junto a su esposa, El arte de lo posible, hace referencias directas a cómo un líder debe motivar a su equipo.
Uno de sus ejercicios es asegurarle tajantemente al público que, con certeza, antes de que termine la charla, todos ellos amarán la música clásica. Luego hace una pausa y explica la lección: “Una de las características de un líder es que no duda de la capacidad de las personas que dirige para percibir lo que sea que esté soñando”.
La visita -organizada por la Municipalidad de Providencia y financiada por Telefónica, CorpBanca y la Universidad de Chile- es la segunda de Zander al país. Antes, en 1993, ya había venido a dar una serie de conciertos, pero esta vez fue especial. Porque, asegura con cierto asombro, que el miércoles 11 de este mes dio en Valparaíso probablemente el mejor concierto de toda su vida. “A mis 73 años, creo que nunca he conducido una orquesta mejor de lo que lo hice ese día”.