El martes pasado fue maratónico al interior del Ritz-Carlton. Parte de los trabajadores, agrupados en un nuevo sindicato, habían votado por irse a huelga, pero una contraoferta de última hora los hizo deponer el paro.
La tensa jornada fue el corolario de una serie de trascendidos sobre la operación del hotel. Fuentes internas relatan que si bien la ocupación ha estado en niveles aceptables, los retornos monetarios no han sido los esperados, lo cual tendría a los dueños de la operación en Santiago, el fondo español Meridia Capital (propietarios también del Crowne Plaza), revisando la situación del lujoso hotel.
Esta preocupación de los controladores se plasmaría -según los comentarios de la industria- en evaluar un posible cambio de marca a un JW Marriott (parte del holding dueño de la cadena Ritz-Carlton). Consultada la gerencia general al respecto, declinó responder.