Cada vez que Augusto López-Claros viene a Chile, lo hace por pocas horas. Y esta vez no fue la excepción. Invitado por la auditora PwC en el marco del lanzamiento del informe “Paying Taxes 2013” -estudio sobre la realidad tributaria de 185 países-, el economista y director del Banco Mundial estuvo por dos días en Santiago. Pero no sólo tuvo su agenda cargada con trabajo. Viejo conocido del país, el economista de origen boliviano aprovechó también para visitar a amigos, a quienes conoció cuando vivió en la capital, a inicios de la década de los 80.
Hoy a cargo del área de Indicadores Globales y Análisis de la entidad, López-Claros monitorea constantemente el desarrollo de la hoy incierta economía mundial. Su ojo está puesto principalmente en Europa, zona que conoce bien tras haber sido el director ejecutivo del desaparecido Lehman Brothers, en Londres.
Pese al pesimismo que algunas instituciones (como la OCDE) han manifestado sobre la recuperación de Europa para 2013, el economista cree que el próximo año será mejor de lo esperado, pero pone reparos en las problemas que enfrentará el mundo desarrollado en los próximos cinco años, como una creciente sobrecarga del sistema público.
-¿Cuál es su diagnóstico de la situación en Europa?
-Europa tiene desafíos muy grandes por delante, especialmente aquellos relacionados con el manejo de las finanzas públicas. Tras la crisis, muchos países no respondieron de la manera adecuada; muchas naciones enfrentaron la adversidad aumentando el gasto y la deuda, y perdieron la confianza de los mercados. Hubo países que tuvieron que acceder a los mercados para financiar déficits equivalentes al 20% de su PIB en un año. Ha habido mal manejo; una especie de complacencia durante los años del boom, cuando las tasas de intereses eran bajas y la economía estaba creciendo, como pasó en España. Y cuando ese proceso se frena, se produce esta situación grave.
-¿Europa seguirá siendo foco de preocupación durante 2013?
-Lo que va a ocurrir en Europa en general, es que va a haber procesos de ajustes fiscales importantes y una reducción paulatina de la deuda pública. Y van a tener que hacer lo que hizo Chile en los 80, cuando después de la crisis el país se encontró con una deuda por sobre el 100% del PIB. ¿Y qué hizo? Fue limpiando las cuentas públicas para reducir su carga y llegar al escenario actual.
Pero la preocupación de 2013 no es aquella. Es la situación que enfrentan los países avanzados hoy en día. En primer lugar, la recuperación económica será lenta y el sistema bancario quedará dañado por un tiempo.
“A futuro hay otros aspectos más preocupantes”, agrega. “Hay un número creciente de personas que se incorporarán al sistema de pensiones, que vivirá del estado. ¿Qué significará para esos estados? Que deberán hacer cambios en sus sistemas, mutando a uno que implique superávit fiscal para cubrir los crecientes gastos. Y la alternativa a ello es tener un nuevo contrato social, de que todos trabajemos más años, por ejemplo, lo cual no es popular”.