Por quepasa_admin Enero 3, 2013

Su nombre es Ayham Adi y prefiere no decir su paradero actual, porque teme por su seguridad. Hasta el 16 de diciembre, Adi era el segundo secretario de la Embajada de Siria en Chile, pero renunció a su puesto. “Tenía que representar el punto de vista del gobierno y defender sus posiciones, aunque no estaba de acuerdo con ellas”, explica. Trabajaba en la oficina diplomática ubicada en Don Carlos con Carmencita, en Las Condes, edificio color naranjo, hoy descascarado y descuidado, en la actualidad pasa constantemente con sus ventanas cerradas y  poco movimiento.

“La situación de la embajada y sus pertenencias es muy mala, porque el gobierno ya no manda fondos. Es más, los diplomáticos tienen meses sin haber cobrado su sueldo”, dice Adi. Además, las relaciones entre los funcionarios no eran las mejores, explica: “El ambiente estaba tenso y no había confianza entre los compañeros, por eso no se hablaba de nada importante y se disimulaba todo, a pesar de que estaban claras las posiciones de cada uno”. El diplomático, que en un comienzo esperó que Al-Assad escuchara a los rebeldes, tomó la decisión de renunciar al darse cuenta de que el gobierno no daría pie atrás.

“Tenía que garantizar una salida segura para mí y para mi familia. Esto no fue fácil, hasta que por fin lo logré. Ahora estamos sanos y salvos”, concluye Adi.

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