Con una botella de vino llegó el sacerdote Cristián Precht a la residencia del cardenal Jorge Medina en Las Condes. La visita de cortesía ocurrió entre Navidad y Año Nuevo, a sólo tres semanas de que se diera a conocer el fallo de primera instancia del Vaticano que estableció la responsabilidad de el ex vicario de la Solidaridad en las denuncias de abuso sexual contra menores y adultos. El caso llevó al arzobispo Ricardo Ezzati a decretar que el presbítero no podrá volver a ejercer públicamente su ministerio por un plazo de cinco años, decisión que fue apelada por la defensa canónica de Precht, a cargo del sacerdote Raúl Hasbún.
Durante el proceso, Medina declaró que rezaba por Precht. “Para él debe ser un momento muy duro, muy difícil y de mucha aflicción. Ahora, si monseñor Ezzati determinó que hay verosimilitud, quién soy yo para discutir el mérito de la causa”, dijo entonces el cardenal a El Mercurio.
En el último tiempo, Precht ha ayudado a Medina a ordenar sus archivos y documentos, actividad que los ha unido bastante, pese a las diferentes posiciones ideológicas que ambos manifestaron durante el gobierno militar.
Según quienes conocieron el detalle del encuentro de diciembre del año pasado, Precht le llevó un regalo porque quería agradecerle los gestos de apoyo.
La cita se realizó a mediodía, así que aprovechó de participar en la misa diaria que hace el cardenal en la pequeña capilla habilitada en su departamento, donde, además, Medina guarda una amplia colección de reliquias de santos de varios países.