Creía que iban a ser unos días tranquilos e incluso había programado llevar a sus dos hijas, Catalina (7) y María José (4), a conocer sus oficinas en el palacio presidencial. Sin embargo, la primera semana de la ministra Cecilia Pérez como máxima autoridad en La Moneda resultó ser una de las más agitadas del verano.
Con el presidente, el ministro del Interior y el secretario general de la Presidencia de vacaciones, la vocera de gobierno debió coordinar con la Intendencia, OO.PP. y la Onemi la emergencia por el masivo corte de agua en Santiago. En la semana, junto con estudiar con el ministro (s) de Segpres, Claudio Alvarado, la agenda legislativa de marzo y revisar las piezas gráficas para la campaña del Día de la Mujer, debió ponerse en contacto con Cancillería para reaccionar ante la renuncia del Papa; con el ministro (s) de Interior, Rodrigo Ubilla, para tratar la revocación de la libertad condicional a Emilio Berkhoff; y con Justicia, por el motín en la cárcel de Antofagasta. Y ha debido hablar todos los días por teléfono con el presidente.
Para colmo, sus hijas no pudieron ir a La Moneda: cayeron en cama con adenovirus, poniendo en riesgo el viaje familiar a Punta Cana que iniciaban este sábado.