“Sí.Es verdad que este edificio no está hecho de materiales nobles y que parece un restaurante de comida rápida, pero cambiarnos porque nos queda lejos de la casa sólo aumentaría nuestro desprestigio que ya es bastante”. Así empezó el diputado PS Marcelo Schilling , el martes en el hemiciclo, un encendido discurso que generó aplausos en las graderías y abucheos de sus pares luego que amenazara con difundir un listado con todos los diputados de regiones que aprueben el proyecto para poder realizar las sesiones de la Cámara en el edificio del ex Congreso Nacional en Santiago, lo que está impedido por ley. El debate, que tomó gran parte de la sesión de ese día, es interpretado como un nuevo intento de los parlamentarios por trasladar definitivamente el Poder Legislativo a la capital, como se ha intentado en numerosas ocasiones. Los defensores de la idea argumentan que en la mayoría de los países del mundo los poderes del Estado se encuentran ubicados en la misma ciudad.
La posible mudanza es comentario obligado de los funcionarios que señalan la contradicción de ir a trabajar a Santiago cuando en los últimos meses se han hecho millonarias inversiones en el edificio de Valparaíso. Durante el verano se reformó completamente la cocina y comedores de la Cámara Baja y el sector de los estacionamientos, mientras actualmente en el patio interno del Senado están construyendo nuevas salas para las comisiones. Por el contrario, no es un secreto que el ex Congreso, de 1876, requiere refacciones, ya que presenta problemas en sus ascensores, cañerías y tendido eléctrico.