Ocurrió espontáneamente tras el cambio de gabinete, el martes pasado. Mientras varios ministros brindaban con vino en el Salón Montt Varas la llegada de Félix de Vicente a Economía, y agradecían, de paso, las gestiones realizadas por el ahora candidato presidencial Pablo Longueira, el mandatario Sebastián Piñera sugirió celebrar “los buenos tiempos” en el Club de Golf Los Leones. A eso de las 19.30, se reunieron además de De Vicente y Longueira con sus mujeres, el ministro del Interior, Andrés Chadwick; el titular de Hacienda, Felipe Larraín; el de Vivienda, Rodrigo Pérez Mackenna; además del canciller Alfredo Moreno, el nuevo director de ProChile, Carlos Honorato, y Juan José Ossa, cabeza del Sernac.
Todos se instalaron en la terraza del club y el presidente pidió churrascos -que puso al centro de la mesa- y ordenó vino. En un ambiente distendido, sobre la mesa no faltó la contingencia: conversaron sobre las distintas encuestas que existen en el país, y cómo el tema de las primarias afectaría a la Concertación.
En un momento, el ahora presidenciable UDI recalcó lo “descolocado” que quedó con la interpelación efectuada por Fernando Paulsen en Tolerancia Cero. Comentó que cuando el programa se fue a comerciales enfrentó al periodista y le pidió explicaciones sobre lo que quiso lograr con la polémica pregunta sobre si votó o no en el plebiscito de 1988.
También hubo espacio para bromas. En un gesto a Longueira, el presidente pidió, entre risas, que no se fuera a entusiasmar nadie más. A eso de las 20.45, y después del break, todos se retiraron.