Por quepasa_admin Junio 13, 2013

No sólo es fútbol, es hasta ahora el título provisional -la editorial tiene otras propuestas- del libro del empresario español y dirigente del fútbol Jorge Segovia, donde narrará su vida en Chile, donde instaló la Institución Internacional SEK, a la que pertenecen la universidad y colegios, además de su rol como dirigente del fútbol, como presidente de Unión Española y vicepresidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional,  hasta el 12 de febrero de 2013, fecha en la cual presentó su renuncia por trasladarse fuera del país. A continuación la primera página del capítulo 1:

SALVAR A LA UNIÓN ESPAÑOLA

 -¿Y qué va a pasar con la Unión? Era el verano de 2008 y la pregunta surgió casi por casualidad en un asado dominical familiar con otros amigos, que eran muy “futboleros”,  y conocían los graves problemas económicos por los que pasaba el centenario equipo hispano.

Hacía poco que junto con mi familia había regresado a Chile, país en el que  vivimos algunos años antes y donde habían nacido nuestros hijos. Ellos salieron de Chile siendo muy niños, y me parecía que era importante que volvieran para conocerlo mejor ahora que ya tenían más sentido de las cosas.

Por otra parte, guardaba un entrañable afecto por el país (no en vano decidí que mis hijos nacieran en Santiago) ya que me había permitido desarrollar mi actividad educativa con libertad y respeto a los principios institucionales de SEK. En cierto modo, para todos nosotros, era volver a casa.

-La sobremesa continuó conversando sobre diferentes temas, pero la pregunta sobre el futuro de Unión seguía dando vueltas por mi cabeza…

 En ese momento la Universidad Internacional SEK en Chile estaba inmersa en un importante plan de relanzamiento, y  sus directivos me habían comentado la dificultad que tenían para hacerla más  “visible” en medio de un sector donde otras universidades invertían sumas astronómicas en publicidad, cantidades que la SEK ni debía, ni quería gastar.

- Casi al terminar la reunión, dejé caer la pregunta ¿Y si salvamos a la Unión Española? Inmediatamente se hizo un silencio expectante entre todos los presentes, que me conocían lo suficiente como para saber que no acostumbro a decir las cosas al azar.

-Pasado el momento de sorpresa, alguien con cierto tono de censura dijo ¿Qué quieres decir con “salvar” a la Unión? Pues eso, que nos hagamos cargo del equipo y lo salvemos de un futuro que parece bastante negro.

- Pero ¿Para qué quieres meterte en ese lío si tú no sabes de fútbol? ¿Te imaginas el dinero que va a costar? ¿Acaso tienes poco trabajo con colegios en tantos países? ¿Le vas a quitar más tiempo a tu familia? ¿Y si bajas el equipo a “segunda”, que te van a decir los hinchas? ¿Has visto como está el Estadio que se cae a pedazos?

Las críticas empezaron a llegar de todos los presentes, personas que me guardan sincero afecto y que tienen la confianza de decirme lo que piensan directamente. Y lo cierto es que en cada uno de sus comentarios tenían razón. Es cierto que nunca he sido una persona futbolizada, de hecho en ese momento solo había ido al Santa Laura dos veces  a ver a la Unión, y más por acompañar a amigos de la colonia hispana que por fervor por el juego. Además tampoco era una experiencia demasiado grata asistir al Estadio en el estado en que se encontraba.

-Tras la lluvia de críticas surgió la pregunta clave ¿Por qué quieres hacerlo? Por tres motivos: porque creo que puede ser un excelente medio para dar mayor presencia mediática a nuestra Universidad lo que ayudará a su consolidación, porque me duele que una institución centenaria representante de nuestra colonia pueda desaparecer, y porque estoy seguro que aplicando principios de orden y rigor en la gestión tendremos éxito. Había un cuarto motivo que por pudor no me atreví a decir, pero que ha estado presente siempre en  mi trayectoria profesional; me gustan los desafíos.

Después de esas palabras todos entendieron que la idea de salvar a la Unión “era en serio”.

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