Por quepasa_admin Septiembre 17, 2013

Concluida la Parada Militar, el gobierno tiene una importante decisión en carpeta para las próximas semanas: nombrar al reemplazante del comandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba (en la foto), quien concluye su período en marzo de 2014. Según el cronograma oficial, en octubre deberá presentarse el nuevo alto mando de la institución, donde se establecerán los generales que pasan a retiro y los coroneles que ascienden a general. De esta nómina, que debe ser visada por La Moneda, se desprenderá la quina de generales de división -las cinco primeras antigüedades- que pueden acceder al cargo de comandante en jefe. Así el nuevo jefe castrense puede ser nombrado por el presidente Sebastián Piñera a inicios de noviembre. 

Pero esta designación tiene una particularidad. Por primera vez los aspirantes a encabezar el Ejército pertenecen a la generación que ingresó a la Escuela Militar a partir de 1973 en adelante. Según señala el ex ministro de Defensa Francisco Vidal, “es una generación que tiene su carrera militar desarrollada en el régimen militar, pero que a su vez ha tenido parte importante de su carrera desde el 90 en adelante, entonces ha vivido la transformación de la sociedad, la recuperación democrática y el nuevo rol de las Fuerzas Armadas”. Y aunque el gobierno deberá revisar con lupa cada nombre para evitar vinculaciones con casos de derechos humanos, Vidal señala que durante las últimas décadas se ha ido marginando de la institución a las personas comprometidas en causas judiciales. “En esa materia está bastante más despejado el horizonte ahora que en los 90”, afirma. 

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